—¿Qué, este anciano te suplica? —El rostro de Pan Ze era una imagen de furiosa indignación—. ¿Qué estatus tiene este anciano? Un pomposo Maestro de Píldoras de tres estrellas, un anciano del Dao de la Alquimia en la Ciudad Sanyuan, ¿y necesito suplicarte?
—Shi Hao simplemente sonrió. —Ya que no me suplicas, entonces olvídalo.
Continuó caminando hacia adelante.
—Maldición, ¿qué tan astuto es este chico? ¿Realmente tienes solo diecisiete o dieciocho años?
—Pan Ze no tuvo más remedio que perseguirlo, ya fuera un comando o una súplica, hoy tenía que traer a Shi Hao frente a Qi Yingpeng.
—Este anciano... ¡te suplica! —Esta vez, su actitud había bajado unos cuantos grados más.
—¿Qué?
—El guardia que observaba estaba atónito, Pan Ze realmente estaba suplicando a Shi Hao.
—¡Buenos cielos!
—¿Había un problema con sus oídos?
—Pero Shi Hao simplemente sacudió la cabeza. —¿Llamas a esto suplicar? Je.
