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Chapter 4 - Consecuencias para el futuro #4 (segunda parte)

En las maravillosas y poco exploradas tierras del norte, encontramos un reino bastante apartado del resto, donde una mujer de largo cabello amarillo y ojos de un color rojo caminaba de un lado a otro en una habitación del palacio del rey de Alahead. Usaba una armadura de color dorado y blanco.

De pronto, una ventana de la habitación se abre... y entra un hombre de una manera un poco... extraña, creando muchos listones verdes a su alrededor con magia que salía de su mano derecha. Su cabello era corto y desordenado, de color verde brillante, sus ojos verdes reflejaban una mezcla de confianza y seguridad. Llevaba una camisa blanca de manga larga con el cuello abierto, acompañada de un chaleco oscuro largo, y sus pantalones y zapatos eran de un color verde oscuro. Su cinturón sostenía una especie de bolso, y además, poseía seis dedos en ambas manos.

"Sigues haciendo tus cosas raras, ¿eh?", expresó con un tono sarcástico al verlo entrar en la habitación.

"Lin, Lin, algún día entenderás lo importante que es entrar con estilo," dijo con orgullo mientras absorbía su magia.

"¿Y bien? ¿Cómo está Louis?" Preguntó mientras se sentaba.

"¿Louis? Ehmmm... ¿Para eso me llamabas? Bueno... Eh... No lo he visto," expresó nervioso, tocándose la cabeza y moviendo los ojos de un lado a otro.

"¿Cómo dices? ¡Dijiste que irías a verlo, y si está mal! ¿Y su collar?" Dijo preocupada, levantándose de la silla y acercándose a Rei.

"Calma, calma, no te preocupes. El collar ya me habría alertado si algo estuviera mal, no creas que no... Tengo todo bajo control... jeje," expresó, un poco nervioso, intentando tranquilizarla mientras se colocaba detrás de ella e intentaba darle un masaje en los hombros. "¿No crees que deberías dejar de usar tu armadura todo el tiempo?"

"No, así como tú amas hacer tus entradas raras, yo prefiero usar mi armadura todo el tiempo," respondió dándose la vuelta y quitando las manos de Rei de sus hombros.

"... Tienes miedo de que vuelva a pasar, ¿cierto? Lin... tengo todo bajo control, esta fase es parte de mi proceso para ser un mejor paladín y créeme, Louis lo necesita," dijo después de un momento de silencio y comenzó a hablar con confianza y tranquilidad.

"¡Claro que tengo miedo! Podría perderlo si pasa algo así de nuevo, y no solo eso, los de Ystir nos tomarán como enemigos. Tu decisión es totalmente irresponsable, no sé cómo el rey aceptó," expresó con molestia, alzando la voz y acorralando a Rei contra la pared mientras lo golpeaba con su dedo.

"¡Cálmate! Todo está bien, nada ha pasado. Lin... debes confiar más en tu hijo," dijo un poco nervioso por las palabras de Lin.

"Confío en mi hijo, pero no en esa magia o en el collar," respondió molesta.

"Yo tengo todo bajo control, puedo monitorear el collar; inmediatamente usaré mi magia para ir donde él esté y evitaré cualquier catástrofe, pero te aseguro que nada malo pasará, él controla bien sus poderes, tú misma lo viste," expresó con seriedad, alejándose de Lin y tomando un frasco de un gabinete.

"... Igualmente, no creo que haya sido buena idea dejarlo ir solo," dijo cruzando sus brazos y mirando hacia un lado.

"Corrrreo, kuh," dijo un cuervo mensajero por la ventana.

"¿Huh? La iglesia..." expresó extrañado abriendo la ventana y tomando la carta. "Demonios," dijo al leer la carta después de abrir el sobre.

"¿Qué pasó?" Preguntó intentando ver la carta.

"Nada, es solo un problema mío, no te preocupes," dijo con calma, guardando la carta en el sobre.

Lin usó su magia e hizo que Rei chocara con la pared de la habitación, causando un desorden en todo el lugar.

"¿Qué haces? ¿Estás loca? ¿Huh? ¿La carta?..." Preguntó molesto levantándose del suelo, y luego se asustó al no ver la carta en su mano.

"¡Tú... eres un imbécil! ¿Pusiste que solo era humano? ¡Y con magia de fuego! Sabía que era raro que lo aceptaran así de fácil. Tengo que sacarlo de Ystir antes que ellos," gritó molesta al leer la carta y luego la tiró en la cara de Rei.

Rei creó una barrera frente a Lin, evitando que se fuera. "¡Claro que no, no harás nada! Yo arreglaré esto, ya lo tengo todo bajo control," dijo con seriedad, levantándose y tomando la carta.

"Será mejor que quites esto o haré pedazos tu habitación otra vez," expresó molesta al ver la barrera verde frente a ella.

"Calma, Lin, recuerda que el rey me puso a cargo de Louis y yo responderé por todo. Sabía que descubrirían lo que hice, solo que se tardaron menos de lo previsto," dijo con seriedad y un poco de preocupación. Lin trató de golpearlo, pero él creó una barrera frente a ella, la barrera se agrietó e inmediatamente se restauró.

"Te juro que todo está bien. Tenía que hacerlo; si el actual sacerdote descubría que teníamos a una persona con magia de lava y que era mitad demonio, ¡lo hubieran mandado a matar! y el rey no iba a rechazar la afiliación por tu hijo. Tengo un amigo que conocí en la guerra contra Mayestad, y su hijo tomará el cargo de sacerdote y permitirá a Louis vivir. Yo sé lo que hago, Lin..." expresó seriamente, viendo directamente a Lin a los ojos.

"Pero... igualmente, no es seguro que ande por ahí en los reinos, ¡pudo esperar!" expresó triste, bajando la cabeza, pero entendiendo las palabras de Rei.

"Recuerda que si un paladín se mantiene sin hacer nada, perderá su estatus, y si lo pierde, nada podrá protegerlo, y será buscado por todas las tierras de Lyran. Aquí él no hace nada debido a que toda la gente lo odia, pero le dije que principalmente ayudaría a la gente del reino de Ystir, pero creo que ya tenía esas intenciones. Él siempre ha querido ayudar a los otros por verte a ti desde niño," mencionó Rei, quitando la barrera y consolando a Lin, además de sonreír al final de sus palabras.

"Será mejor que no dejes que le pase nada..." Dijo mientras se le escapaba una lágrima de su ojo derecho.

"No te preocupes... se lo prometí a Elio. Jajaja, ¿qué pasa? Pensé que seguías siendo ruda y fuerte," expresó con una sonrisa al ver el rostro de Lin.

"Todavía ¡lo soy!" Dijo, golpeándole el rostro.

*Reino De Ystir - Casa Del Profesor Maxwell*

"Muy bien, Louis, entregarás todos estos paquetes. Confío en ti; si alguien se molesta, simplemente dile que ya entregaste el paquete y que ya puedo irme," dijo el profesor mientras le mostraba los 50 paquetes que tenía que entregar.

"Muy bien... Daré lo mejor para no decepcionarlo," expresó Louis con determinación.

Louis comenzó a llevar los paquetes de la zona este. Llevaba dos si eran grandes, cuatro si eran medianos y los pequeños en bolsas grandes.

"¿No debería manejar la bicicleta?" Preguntó Hanks, confundido al verlo caminar con las cajas encima.

"Digamos que la bicicleta no será usada en mucho tiempo," respondió el profesor señalándole dónde estaba.

"¿Pero qué le pasó?" Dijo Hanks asustado al verla destrozada.

"Traté de enseñarle a usarla, pero... siempre se estrellaba, así que... quedó así la pobre. Ya la repararemos. Bueno, vamos a preparar los materiales para irnos después de que termine Louis," dijo el profesor dirigiéndose hacia su laboratorio.

"Bien, señor... Pobre bicicleta," mencionó Hanks con pesar mientras lo seguía.

*Zona Este*

"¡Buenos días, entrega del profesor Maxwell!"

"Gracias al cielo, lo necesitaba urgentemente," dijo una mujer al ver a Louis.

"Lamento el retraso," dijo Louis, bajando la cabeza.

"No, está bien. Escuché que Joel, el antiguo repartidor, se había casado y se mudó al reino Dajara. Ponlas por aquí," dijo la mujer mientras arreglaba unas cosas y después le mostraba el lugar a Louis.

"Mátala..." Dijo una voz profunda, oscura y resonante.

"¿Eh?" Observó a su alrededor, confundido. "¿Escuchó algo?" Preguntó Louis.

"¿Escuchar qué?" Preguntó la mujer, confundida.

"Nada, creo que fue mi imaginación," respondió Louis colocando los paquetes en su lugar.

*Palacio Del Rey*

En el palacio del rey, en una habitación que sobrepasaba lo lujoso, se encontraba el conde Jens, actual rey de Ystir. Su cabello era canoso pero muy arreglado, era de baja estatura y usaba una pijama.

"¡Ahhhh, qué bien se siente ser rey! Finalmente, tengo lo que merezco, y ya no tengo que seguir las órdenes del rey Liu, ¿eh? Ahora soy el rey... no tengo que llamarlo así, jajaja. ¡Viejo idiota, ahora yo mando aquí, o al menos por un tiempo! Tengo que guardar bien mi dinero; el príncipe Lue tomará el puesto cuando cumpla 18, pero yo no perderé mis lujos, y con Rays ayudándome, todo irá perfecto", dijo mientras se relajaba en su cama gigante, con una gran mesa llena de comida a su derecha. Las paredes de la habitación eran blancas, y tenía una gran ventana con marcos de oro. Además, la habitación poseía tres puertas: una a la izquierda de la cama que conducía al baño, y las otras dos para salir y entrar a la habitación.

"¡Señor Jens! Necesito hablar con usted", dijo un hombre tocando una de las puertas; su voz era grave y resonante, con un tono fuerte.

"¡Pasa, Reck!", respondió un poco molesto.

"Señor, necesito que...", dijo al entrar en la habitación. Era un hombre de piel morena, de alta estatura y complexión musculosa. Su torso estaba cubierto por una armadura pesada de color negro, que combinaba con los pantalones, los zapatos y los guanteletes del mismo material. Su cabello era corto y oscuro, además de que sus ojos marrones mostraban decisión y molestia.

"Antes de que digas algo, ¡nada de señor, soy el Rey! ¿Entendido?", dijo interrumpiéndolo con su voz altanera y aguda.

"Sí, rey Jens", respondió con molestia, apretando su mano y tratando de no hacer una cara de desagrado.

"Bien, dime qué deseas, Reck", dijo tomando una uva de la mesa con comida mientras estaba acostado.

"Las celdas del nivel uno necesitan mantenimiento y más guardias, ¿qué demonios hace con los guardias?", dijo tratando de hablar con delicadeza para no molestarlo.

"¡Yo hago con los caballeros lo que yo quiera! Cierra el pico y simplemente cuida tú de las celdas. Y si necesitan mantenimiento, ¿por qué no se los das tú? ¿No eres el mejor paladín del reino? Sírvele bien a tu Rey", dijo molesto, levantándose y poniéndose frente a él.

"Entendido...", respondió haciendo una mueca de fastidio, y se retiró de la habitación.

"Bien, caballeros, vengan a atender a su rey", dijo Jens aplaudiendo, y muchos caballeros entraron por la otra puerta. Los hombres usaban abanicos para darle aire, y las mujeres le daban masajes y le ofrecían comida. "Perfecto... ¡Hmm, está rico!"

"¡Rays! Será mejor que hagas algo, ¡esto es una tontería!", dijo Reck frente a un hombre de cabello verde claro, corto y arreglado, que caía suavemente sobre su frente. Tenía ojeras y sus ojos verdes no reflejaban ninguna emoción. Vestía un conjunto formal con una chaqueta de color verde oscuro sobre una camisa blanca bien planchada, complementado con una corbata verde a juego. Encima de su vestimenta llevaba un arnés marrón oscuro que sostenía lo que parecía ser un equipo tecnológico.

"Trataré de hablarle, Reck, pero la verdad dudo que alguien escape", expresó desinteresado y cansado, con una voz fría y sin emoción, mientras se apoyaba en un pilar del palacio.

"En serio, ¿qué pasó contigo? Antes hacías todo bien", mencionó Reck decepcionado y se alejó de Rays.

"Di lo que quieras... Ya no me importa", respondió fríamente al verlo irse.

*Zona Oeste - Agencia PT*

Mei estaba sentada en su escritorio, ordenando muchos papeles en su oficina.

"¡Canbel! ¿Dónde están los documentos de la mujer Mari Yoffiner?", preguntó Mei al terminar de revisar los papeles que tenía.

"¡Aquí están, jefa! Discúlpeme por no haberlos entregado antes, se me pasó, lo siento mucho", expresó con un tono nervioso, pero respetuoso, al entrar rápidamente a la oficina, mostrando su preocupación por haber fallado en la tarea.

"Está bien, no te preocupes, toma un descanso, ¿sí?", dijo Mei con su dulce y suave voz.

"Sí, jefa...", respondió mientras se retiraba del lugar con la cabeza baja.

"Se lo toma muy en serio...", dijo Mei cuando Canbel salió de la oficina. El timbre del comunicador de Mei comenzó a sonar. "Dime, ¿pasó algo, Mern?", preguntó con una pequeña sonrisa en su rostro.

"Para nada, solo quería escuchar tu dulce voz", respondió Mern con una voz algo confiada y relajada, con un toque juguetón a través del comunicador.

"Jajaja, eres un tonto. Dime, ¿Donquichua está bien?", expresó Mei riéndose dulcemente, un poco sonrojada.

"Él está bien, fue al primero que visité. Lo veo bastante bien. Ya me falta poco para terminar aquí en el reino de Dajara. Dime, ¿me perdí de algo mientras no estaba?", dijo felizmente a través del comunicador.

"'Suspiro' Ni te imaginas... Ese maldito no hizo mantenimiento a las barreras de los agricultores, y murió gente debido a las criaturas que entraron en sus zonas. ¡Maldito desgraciado! Tengo que quitarlo cuanto antes de ese lugar", expresó molesta, golpeando la mesa de su escritorio al recordar todo.

"Lo siento, debí estar ahí...", respondió Mern con arrepentimiento.

"No... Es obvio que no es tu culpa. Además, tenemos ayuda de un paladín nuevo, al parecer del reino Alahead. Su nombre es Louis A. Keeper. Es un buen chico, pero le falta experiencia", dijo más calmada, levantándose de su silla.

"Alahead... Creo que vi eso en las noticias de la iglesia, aunque el apellido Keeper me suena un poco... ¿Huh? Te dejo, Mei, ya llegó Diamo", dijo tratando de recordar, pero fue interrumpido.

"Bien, ¡Adiós...!", expresó de manera dulce.

"¡Recuerda que te amo!", dijo Mern con emoción antes de colgar.

"Sí, sí... 'Suspiro' Mern...", mencionó Mei con una pequeña sonrisa en su rostro mientras guardaba su comunicador.

De pronto, dos grandes explosiones se escucharon a lo lejos, al parecer en el palacio del rey.

"¿Qué fue eso? No puede ser...", dijo sorprendida por la explosión, y se asomó por la ventana, donde se podía ver que fue en el palacio. "¡Maldición! ¿Qué hiciste ahora?", Mei salió de su oficina inmediatamente.

*Afueras del Palacio*

"¡Vamos!", "¡Libertad!", "¡Jajajajaja!", dijeron muchísimos prisioneros saliendo del palacio y de los muros que lo rodeaban, mientras las personas corrían aterradas por el suceso.

"Hay que ir con cuidado, hermanos, primero quitarnos estos brazaletes", dijo Kein corriendo con sus hermanos.

"Hermano, pero Rubel...", dijo Jhin mientras corría a la derecha de Kein.

"Lo sacaremos en otro momento. Primero necesitamos equipo", respondió Kein a Jhin.

"Tenemos que buscar al tipo de la máscara dorada, él fue el que causó la explosión. Seguro tiene algo para quitar los brazaletes", dijo Inock mientras corría a la izquierda de Kein.

"Muy bien, ¡busquémoslo!", expresó Kein con determinación.

*Zona Oeste*

"¡Buenas tardes, entrega del profesor Maxwell! 'Suspiro' Finalmente terminé...", dijo Louis aliviado al llegar a un local del Oeste.

"Oh, tú debes ser el nuevo repartidor. Te agradezco mucho, casi mando a comprar a otro lugar", dijo el dueño del local al ver a Louis.

"Quémalo...", dijo una voz profunda, oscura y resonante.

"¡Otra vez!", dijo Louis asustado al escuchar esa voz nuevamente, mirando a su alrededor.

"¿Pasa algo?", preguntó el dueño.

"¡No es nada! Eh... yo... Lamento mucho que se hayan entregado un día tarde, tuve que aprender bien cómo era todo el reino", expresó Louis con sinceridad, bajando la cabeza.

"¿Aprender...? ¿No eres de aquí? Vaya, entonces te deseo mucha suerte", respondió el dueño.

"Muchas gracias, señor", agradeció Louis y se retiró del lugar. "¿Qué demonios son esas voces?".

Dos explosiones resonaron a lo lejos, sus ecos reverberando en el aire como rugidos distantes. El suelo vibró ligeramente bajo sus pies mientras Louis alzaba la vista, inquieto, observando cómo columnas de humo empezaban a elevarse en el horizonte.

"¿Qué pasó...? No tengo mi katana... ¿Qué hago ahora?", murmuró con indecisión mientras se alzaba sobre lo alto de un edificio, observando el pánico en las calles mientras las personas salían de sus hogares, aterradas por las explosiones.

Un gran viento amarillo comenzó a propagarse sobre una parte de la zona oeste cerca de la norte, como un suave velo de tonos translúcidos que se arremolinaban. "¿Huh? ¿Y eso?" Louis, decidido, se apresuró a ir al lugar de la explosión.

"¡Capitana, por favor... vaya despacioooo! ¡Aaaaa!" gritó Kassie, mientras Mei conducía a toda velocidad, con la mirada molesta y decidida.

Al llegar Mei salió de inmediato de su auto con su cimitarra en su mano derecha.

"¡Ustedes, criminales! Regresen a su celda o les daré una dulce y suave golpiza de nuevo, ¡a cada... uno!" expresó Mei, mostrando molestia pero también hablando de una manera suave.

"Gracias a Dios..." dijo Kassie, saliendo del auto, arrodillándose y tocando el suelo.

"Por favor, somos muchos más que ustedes, es imposible que puedas contra nosotros", respondió un hombre de máscara dorada.

"¡No seas idiota, Jori! Será mejor que nos vayamos, es la ex-paladín Mei", susurró el de la máscara gris.

"Somos muchísimos, Tryl, y además, si se pone feo escapamos y ya, mientras pelea con los otros...", expresó confiado.

"¡Ustedes, los de las máscaras! Son hombres de Zthur, ¿cierto?" dijo Mei, dirigiendo su mirada a ellos dos.

"Ahí no..." dijo Jori, asustándose.

"Ya la regaste..." dijo Tryl, decepcionado.

"Ustedes irán conmigo, tendremos una bonita charla", dijo, tomando su cimitarra con todo y vaina.

Mei corrió hacia todos ellos. Tryl y Jori comenzaron a correr para escapar. Mei golpeaba a cada uno que se le acercaba, con su puño y con su cimitarra.

"¡Vamos, vamos!" dijo Jori, con desesperación.

Un gran muro de hielo rodeó a todos los prisioneros. Encima del muro estaba Kassie, usando su magia para inmovilizar a los prisioneros.

"Maldición, ¡por aquí, Jori!" dijo Tryl, observando un callejón.

Mei vio a los dos metiéndose en el callejón e intentó seguirlos, pero muchos de los prisioneros la rodearon.

"Debe ser un chiste. ¡Rayyyysss!" gritó el rey Jens al ver todo el caos en el reino.

"¿Qué quiere?" dijo Rays, con su voz fría, entrando en la habitación.

"Manda a Reck y a los caballeros a capturar a los prisioneros. No quiero que la gente empiece a ¡odiarme! Así que... ¡apresúrate!" expresó, molesto, mientras miraba el reino por la ventana de su habitación.

"Ya voy..." respondió Rays, despreocupado.

"¡Te dejo el resto, Kassie!" dijo, entrando por el callejón donde entraron los hombres de Zthur, mientras muchos de los prisioneros estaban tirados en el suelo.

"¡Xitlari! ¿A dónde fueron? ¿Puedes verlos?" preguntó Mei al sacar su comunicador de su bolsillo mientras corría por el callejón.

"¡Los veo dirigiéndose a la zona este, al parecer saldrán por donde está el banco central!" respondió Xitlari a través del comunicador.

"Gracias", agradeció y guardó el comunicador, trepó alto y comenzó a correr encima de las casas.

"¡Paren de... molestar!" dijo Kassie, mientras trataba de atraparlos a todos.

Uno de los prisioneros usó magia de fuego para derretir el hielo, lo que hizo caer a Kassie del muro que creó. "¡Atrápenla!" dijeron los prisioneros, esperándola que cayera, pero ella, al instante, usando la misma agua descongelada, la volvió a congelar y atacó a todos los que la esperaban abajo.

"¡Adiós, niñita...!" dijo el prisionero con magia de fuego, apuntando a su espalda.

Antes de poder usar su magia, recibió un derechazo en el rostro que lo arrastró en el suelo debido al impacto.

"¿Huh? ¡Louis, gracias!" dijo Kassie al ver a Louis salvarla.

"¿Qué pasó? ¿Por qué hay tantos de estos tipos?" preguntó mientras golpeaba en el rostro a uno que se le acercó.

"No lo sé muy bien, pero seguramente ¡es culpa del rey!" respondió mientras continuaba capturando a los prisioneros con su magia.

Uno de los prisioneros golpeó el piso creando una ola de tierra que se dirigía hacia Louis. Este saltó encima de la ola, esquivándola. Luego, el prisionero sacó una gran roca del suelo y la lanzó. De un solo golpe, la roca se hizo pedazos y Louis, de una patada, lo noqueó.

"¡Whoa! Sí que eres fuerte", dijo Kassie, asombrada.

"Gracias, ¡es puro entrenamiento!" respondió mientras se encargaba de otros dos prisioneros.

"Mira, hermano, es ese chico", dijo Inock desde lejos.

"Ya tendremos nuestra venganza. Vayamos a la zona sur para quitarnos los brazaletes, antes de que creen otro control", expresó Kein, calmando su enojo al ver a Louis.

"Louis... ¡Usa tu magia! Será más fácil acabar con ellos, así no volverán a cometer crímenes. Haz que sientan sufrimiento...", dijo una voz profunda, oscura y resonante.

"¡Qué demonios...!" dijo Louis, asustado al escuchar la voz. Esto lo desconcentró y recibió un codazo en la cara de un tipo muy grande y alto, haciéndolo caer al suelo.

"Vamos, niño, jejeje", dijo el prisionero a punto de atacar con ambas manos en su espalda.

Kassie lo alejó de Louis con su magia de agua, creando una gran corriente y atrapando a otros prisioneros. Luego los inmovilizó congelando el agua.

"¿Estás bien, Louis?" preguntó, preocupada, acercándose a él.

"Sí... Estoy bien", respondió ocultando su rostro mientras este se regeneraba de golpe.

"¡Atrápenlos a todos! ¡No dejen que escapen!" gritó un caballero que llegó al lugar con muchos otros más. "Les agradezco la ayuda, pueden retirarse", dijo el caballero, acercándose a Louis y Kassie, y luego se fue a atrapar a los prisioneros.

*Zona Este*

"¡Esto es tu culpa! ¡Siempre abres tu boca y nos metes en problemas!" gritó Tryl, molesto, mientras corría.

"¡No te enojes! Ya casi llegamos con el Jefe Yeynos, ¡por este callejón!" dijo Jori, mientras corría al lado de Tryl.

"¿A dónde creen que van?" dijo Mei, cayendo frente a ellos.

"¡Ay, no...! ¡Por atrás!" expresó, temeroso, al verla.

Detrás de ellos estaba la cimitarra, siendo controlada por Mei. Mei pateó la pierna de Jori, haciéndolo caer, y luego golpeó su rostro contra el piso y puso sus manos en su espalda. Tryl trató de golpear, pero ella detuvo el puño de Tryl con una sola mano. Mei tomó su brazo y lo acercó para darle un puñetazo en el pecho. Tryl cayó al suelo, quejándose por el dolor.

"Cómo duele... El golpe que me dio ese chico sigue doliéndome ¡mucho!..." pensó, mientras soportaba el dolor tirado en el piso.

"Desgraciad..." dijo Jori, siendo interrumpido por Mei al noquearlo de un golpe. Luego, ella golpeó a Tryl con la cimitarra, noqueándolo también.

"Listo... ¿A dónde se dirigían, par de idiotas?" dijo, tomando su cimitarra y poniéndola en su cintura y revisando el callejón. "Hmmm, no veo nada, es solo un callejón sin salida, pero..." mencionó, mientras comenzaba a golpear el suelo. "Nada... Tal vez solo se perdieron. Ann, ¿podrías venir a mi ubicación? Tengo dos tipos que serán de mucha ayuda. ¿Ya terminaron ahí con los prisioneros?" dijo Mei a través del comunicador.

"¡Sí! Ya todo está bajo control. Los caballeros ya llegaron y Ririam está hablando con ellos, ¡iré de inmediato!" dijo Ann, con una alegre y radiante voz a través del comunicador.

"Perfecto, te mandaré mis coordenadas", dijo, cortando la llamada y mandando su ubicación.

*Palacio Del Rey*

"Parece que ya todo está bien. Dime, Rays, ¿dijo algo Reck?" preguntó Jens, mientras miraba a los caballeros traer de vuelta a los prisioneros.

"Ni siquiera hablé con él..." respondió Rays, mientras estaba sentado en una silla, mirando el suelo.

"¿¡Qué!? ¿Y cómo demonios capturaron a los prisioneros?" preguntó, confundido.

"... Al parecer, cuando lo buscaba, él ya había salido con todos a capturarlos, creando tres equipos: uno para la zona este, otro para el oeste y otro para el norte. Él fue al este, pues parece que un prisionero del nivel 3 logró esca..." expresó con menos frialdad y levantando la cabeza.

"¡Usted es un...!" expresó furioso Reck, entrando a la habitación del rey.

"Alto, no se acerque, lo veo muy hostil, paladín Reck. Será mejor que se retire" dijo Rays con seriedad, evitando que Reck se acercara a Jens.

"Tú... ¡Eres un idiota!" dijo Reck, molesto, saliendo de la habitación.

"Uy... Gracias, Rays, casi se me sale el corazón" expresó Jens, temeroso, sentándose en su cama.

"Creo que debería quitarle el cargo de paladín, no es seguro que siga en el palacio" dijo Rays, mientras volvía a sentarse.

"No puedo... Si la gente se da cuenta, tendrán miedo y me culparán. Reck es el paladín más fuerte del reino, el único que puede garantizar nuestra protección" respondió, preocupado.

"Entonces deje de ser tan cretino. A este paso, perderá su estatus en poco tiempo, aunque ya tiene mucho oro reunido" dijo Rays, balanceándose en la silla.

"¡No!, ¡necesito más! No quiero perder estos lujos, tendré que ponerme serio" dijo Jens, dirigiéndose a tomar un baño, mientras Rays lo miraba con frialdad.

"Solo tengo que soportar un poco más a este tipo, y me iré..." pensó Rays, levantándose y saliendo de la habitación.

*Zona Norte*

"¡Kassie! ¿Huh?" dijo Mei volando en el cielo con magia de viento amarillo. "¿Louis, qué haces aquí? ¿No tenías que repartir paquetes hoy?" preguntó al caer al suelo.

"Sí, pero comencé un poco temprano y pude terminar rápido. Luego escuché dos explosiones y no pude evitar venir a ayudar" respondió Louis con sinceridad y calidez en su voz.

"Qué bueno, me alegra. Vamos, te llevo con Maxwell" dijo Mei, notando esa calidez en Louis.

"Creo que yo prefiero caminar..." dijo Kassie, un poco asustada de subir al auto.

"No seas miedosa, ¡iré lento!", dijo con un tono despreocupado, aunque claramente disfrutaba de la velocidad. "Ay... solo Louis, Xitlari y Ann disfrutan cuando manejo rápido", expresó con una leve sonrisa de diversión en el rostro.

Mientras conducía, Mei recibió un mensaje de voz.

"Mei... ¿Cuánto tiempo tengo que seguir aquí? ¡Quiero hacer una misión!" preguntó Xitlari, molesta, a través del comunicador.

"Cálmate, ya encontraré algo para ti, pero recuerda que tú fuiste la de la idea de las cámaras" respondió Mei, mandando un mensaje de voz.

"¡Oye, Louis! La que mandó el mensaje de voz es Xitlari. La pobre lleva bastante tiempo sin hacer una misión" susurró Kassie a Louis.

"¿Ah, sí? Qué mal por ella..." expresó Louis, sintiendo pena por ella.

"¿De qué hablan allí atrás?" preguntó Mei, viéndolos por el retrovisor.

"Le he estado contando a Louis sobre Xitlari. Tal vez debería conocerla" respondió Kassie, entusiasmada.

"Jajaja, sabes que Xitlari no es muy sociable, con costo te habla a ti de todos los demás" expresó Mei, sabiendo que no le interesará conocer a Louis.

"Algún día tiene que dejar de ser así de solitaria, pero contigo habla mucho" dijo Kassie.

"Sí, pero yo soy un caso especial... Ya veremos cuando la conozca Louis. Y por si se me olvida, Louis, no te asustes al verla o te odiará para siempre, ¿entendido?" dijo Mei con una sonrisa traviesa y un tono de advertencia, mientras mantenía su mirada fija al frente.

"Okay... Eso creo" respondió, extrañado por la advertencia.

Fin del capítulo