Después de unos minutos, Mei dejó a Louis en la casa del Profesor Maxwell y se dirigió hacia la agencia PT. Louis tocó la puerta hasta que Hanks la abrió y lo dejó pasar.
"¡Louis! Finalmente, necesito que cuides de la casa mientras yo estoy trabajando en mi proyecto. Hanks, lleva el bolso rojo, yo llevaré este. ¿Cómo te fue con las entregas?" dijo el Profesor, quien lo esperaba sentado en las escaleras.
"Bueno... Una señora estaba muy molesta, pero seguí sus instrucciones y me fui al entregar el paquete" respondió Louis, recordando a la señora.
"Jajajaja, ya me imagino quién fue, pero no importa. Además, le ayudaste a Mei, ¿cierto?" dijo, mientras se levantaba de la escalera.
"Sí, al parecer muchos de los prisioneros escaparon del palacio" respondió Louis, con preocupación al recordar el golpe que recibió.
"Hmm, así me enteré por las noticias y por las dos explosiones que se escucharon. Toma esto, presiona el botón cuando lleguen las 5 de la tarde. Regresaremos a las 6:30 de la noche" dijo el profesor, entregándole un control con un solo botón.
"¿Qué es esto?" preguntó, curioso.
"Me alegra que preguntes. Este dispositivo activa el escudo invisible, el cual está perfectamente alineado con la casa. El escudo está hecho con magia invisible y la magia protectora más refinada, acumulada en un cristal de amatista" respondió con entusiasmo, después de aclarar su garganta.
"Qué increíble... lo cuidaré bien", dijo Louis sorprendido, guardando el aparato en su gabardina.
"Per...fecto, nos vamos, Hanks... ¡Ah! Y, por favor, no lo enciendas antes; no quiero que se gaste antes de que cumpla el mes, son bastante caros", mencionó el profesor antes de salir por la puerta.
"¡Entendido!", respondió Louis cerrando la puerta. "Ahora... ¿Qué hago? No sé de dónde viene esa voz, pero es una molestia escucharla", pensó mientras iba a la cocina a preparar un sándwich de queso y pavo.
Louis terminó de preparar su comida. "Gracias por la comida", agradeció antes de empezar a comer. Luego de comer, comenzó a meditar y hacer ejercicio por no saber qué hacer, hasta que se quedó dormido sentado en las escaleras de la entrada.
Entreabriendo los ojos, despertó rápidamente y fue a ver la hora en el reloj del segundo piso.
"¡Ay! ¡Se me pasó la hora!", dijo asustado al ver el reloj, sacando el control de su gabardina y activando el escudo.
"Así que esta es la casa del tal profesor, me la esperaba con muchas defensas y eso", expresó decepcionada al ver la casa. La mujer tenía un cabello negro recogido en una cola y dos flecos a cada lado de su rostro. Sus ojos eran de color blanco. Llevaba un atuendo oscuro y ajustado, que incluía una capa y una armadura ligera, con una katana en su cintura. Era de baja estatura, y su rostro reflejaba que era muy joven.
"Pero, Kumi... Estamos en un reino; es obvio que nadie va a tener su casa con miles de trampas y defensas", dijo uno de los cuatro encapuchados que estaban con ella.
"Como sea... Terminemos rápido y vayamos con mi padre... ¿Eh?", dijo confundida.
"¿Pasa algo?", preguntó uno de los encapuchados.
"Qué mal... Al parecer hay un escudo invisible, ¿qué podemos hacer contra eso?", preguntó mientras cruzaba sus brazos.
"Nada...", respondió al instante.
"¡¿Cómo que nada?! ¡Busquen una solución!", gritó molesta.
"¡Guarden silencio, quiero dormir!", gritó una mujer de avanzada edad.
"Ayyy... Es muy temprano para dormir", dijo Kumi después de escuchar a la señora.
"Es una anciana, Kumi...", mencionó uno de los encapuchados.
"¡Oigan ustedes! ¿Qué están haciendo?", preguntó Louis mientras los miraba desde la ventana del segundo piso.
"¿Eh? ¿Quién es este chico? Hmmm", pensó Kumi. "¡Hola! Soy hija del profesor Maxwell, vine a traer unas cosas que olvidé antes de irme de viaje", expresó mientras sonreía y juntaba sus manos.
"Es la peor excusa que he escuchado, señorita", dijo uno de los encapuchados.
"¡Cállate, payaso!... ¿Me podrías dejar buscar mis cosas? Por favor", dijo amablemente con una sonrisa fingida.
"Nunca mencionó que fuera padre... Y si fueras hija de él, no tendrías que pedirme permiso, ¿no crees? Pero es obvio que no lo eres, ¡así que váyanse!", dijo Louis detectando la mentira al instante.
"Ay, idiota", dijo al escuchar su respuesta.
"Creo que no podemos hacer nada, deberíamos decirle al señor Yeynos", dijo uno de los encapuchados.
"¡Nada de eso!", dijo con decisión, desenvainando su katana y comenzando a golpear el escudo. "Le prometí... que le llevaría... la... ¡pieza!", expresó mientras golpeaba el escudo.
"Hmmm, cuánto tiempo le tomará romperlo... Tal vez debería encargarme de ellos antes de que el profesor regrese", pensó al verla golpear el escudo y se dirigió a bajar las escaleras.
"Sí... ¿por qué no te deshaces de ellos? Sería más fácil y no causarían nunca más ¡ningún problema!", dijo una voz profunda, oscura y resonante.
"¡Otra vez! ¿Quién demonios eres y cómo entraste?", preguntó con desesperación al escuchar la voz.
"Louis... ¡Louis!, yo siempre he estado contigo... Desde aquel momento... El momento más glorioso de nuestras vidas...", respondió, y muchas imágenes y recuerdos pasaban por la mente de Louis.
"¡No!, ¡para!", dijo mientras caminaba cerca de las escaleras.
"¡Vamos!, ¡apenas inicié a insistir!", gritó con furia, haciendo que Louis cayera por las escaleras por la desesperación y el dolor que sentía al recordar el pasado.
"¡Vete de aquí...!", dijo comenzando a respirar y exhalar profundamente, logrando calmarse.
"Todavía no tengo suficiente fuerza, pero pronto tomaré lo que me corresponde", mencionó la voz, desapareciendo de la mente de Louis, dejándolo tranquilo.
Louis observó sus manos, las cuales temblaban... Se levantó y se dio cuenta de que el control se rompió con la caída. "Oh no...".
"Ja, ja, les dije que funcionaría, ni siquiera un escudo invisible puede detenerme", expresó con orgullo después de abrir la puerta de una patada mientras sus compañeros aplaudían. "Uy... ¿Qué te pasó? ¿Te caíste de las escaleras?", dijo al ver a Louis mejor.
"¡Qué te importa! No tomarán nada del profesor Maxwell", dijo seriamente, pero un poco avergonzado, mientras desenvainaba su katana.
"Kumi, nosotros nos encargaremos mientras usted busca la pieza, así llegaremos con su padre antes", sugirió uno de los encapuchados.
"Qué increíble idea, entonces, ¡adelante!", dijo Kumi con emoción.
Dos de los encapuchados rodearon a Louis mientras giraban unas cadenas que lanzaron hacia él. Inmediatamente, Louis las esquivó y se dirigió hacia Kumi, pero las cadenas igualmente lograron atrapar a Louis. "¿Eh? ¿Cómo lo hicieron?", pensó mientras miraba a Kumi saltando encima de él y dirigiéndose a la oficina del profesor mientras llevaba un lente en su ojo derecho. "¡Claro que no!" Louis hizo que las cadenas se derritieran y siguió a Kumi... "¡Unión de la niebla blanca!", dijeron los otros dos encapuchados, juntando sus palmas y creando dos manos que tomaron a Louis, evitando que pudiera seguir a Kumi. Luego las manos desaparecieron, pero Louis no podía alejarse de los cuatro encapuchados.
Los encapuchados tiraron bombas de humo y, con gran cuidado, atacaban por turnos a Louis, logrando hacerle daño. Louis calentó su katana y al siguiente que se acercó, Louis cortó su espada y luego le dio una patada en el estómago después de haberla calentado con su magia. Los demás titubearon por un momento, pero luego se decidieron a atacar los tres al mismo tiempo. Louis lograba detener sus ataques, pero estaba siendo vencido hasta que, con todas sus fuerzas, cortó las tres espadas de ellos. Luego lanzó otra patada, de la cual dos se agacharon a tiempo, pero uno la recibió, chocando con la pared de madera, la cual se agrietó del impacto.
"¡Maldición, este tipo es muy bueno!" dijo uno de los dos encapuchados restantes mientras se alejaba.
Louis saltó a los barandales de las escaleras y luego le dio una patada en el rostro a uno de ellos, haciendo que saliera por la ventana del muro de la izquierda en dirección a la entrada. Luego, le dio un puñetazo en la espalda al otro, haciendo que cayera y agrietando el suelo por el impacto.
"¡Perfecto! Ahora quémalos, ajajaja" dijo la voz oscura, apareciendo nuevamente.
"¡Largo!" gritó Louis, furioso, haciendo que la voz desapareciera mientras se dirigía hacia Kumi.
"Vamos, vamos, ¡ajá! Aquí está. Pinche viejo la tenía bien escondida. Qué bueno que traje los lentes del comandante oscuro", dijo al ver, a través del escritorio del profesor, un compartimento secreto.
Kumi se agachó y con su katana abrió el compartimento. "Ay, no, no puede ser... ¡Una caja arcana!" expresó con decepción al abrirlo. Al pararse, Louis estaba frente a él, y ella comenzó a esquivar sus ataques muy ágilmente. En una ocasión, Louis casi hizo pedazos un estante lleno de libros. "¡Ufff, estuvo cerca!" Kumi, al ver esto, empezó a usar cosas para que Louis no la atacara, tirándole jarrones, cuadros y otros objetos de valor para distraerlo. "¡Oye! ¡Esto no es justo!" dijo mientras acomodaba los jarrones.
"¡Jajaja, amigos, vámonos!" gritó feliz, escapando de Louis y bajando las escaleras... Pero, al ver a sus compañeros derrotados, enfureció y desenvainó su katana. "Tú... Pagarás por esto..." dijo, furiosa, apuntando su katana a Louis al llegar al lugar.
"Ellos están bien, solo los noqueé. Será mejor que devuelvas esa caja. No quiero herir a una mujer", expresó con respeto, preparándose para pelear.
Kumi se acercó y chocó su katana con la de Louis. "No me subestimes por ser mujer", dijo molesta, golpeando con fuerza y haciendo retroceder a Louis. Luego saltó encima de él y, con todas sus fuerzas, atacó a su cabeza, pero Louis bloqueó el golpe usando su katana y ambas manos, una en el mango y la otra en medio del filo. El choque hizo que Louis se hundiera un poco en el piso, que se destrozó.
Kumi retrocedió y Louis, sin perder tiempo, se lanzó a atacar, poniendo el filo de la katana hacia el suelo y atacando con gran velocidad. Kumi trataba de seguir el ritmo, pero no podía creer que le estuviera ganando. "No puede ser... Es como si... ¡Hubiera leído mis movimientos!" pensó mientras trataba de seguirle el ritmo, hasta que Louis logró cortar su brazo izquierdo y luego le dio una patada, haciendo que atravesara la ventana del muro de la derecha.
Louis saltó por la ventana, poniéndose frente a ella, pero ella no retrocedió.
"¡No me rendiré!" exclamó con determinación, tratando de mantenerse firme pese a su herida.
"¿Todavía quiere pelear?" pensó. "Creo que no estás en condiciones, devuelve la caja y entrégate al reino", expresó un poco sorprendido por su determinación.
"¡Claro que no! ¡No iré a ninguna parte! Debo pelear por mis compañeros y ¡por la promesa que le hice a mi padre!" expresó con mucha valentía en sus palabras.
Nuevamente empezó a atacar a Louis, pero sus ataques eran lentos y fáciles de bloquear... Louis, simplemente con un movimiento rápido y preciso, desarmó a la chica, haciendo que el arma volara de sus manos con un solo corte de su katana. A Kumi no le importó y se puso en posición para pelear a puños.
Louis se quedó en silencio, sorprendido al ver su valor, y la golpeó con la empuñadura de la katana en el estómago, haciéndola caer al suelo.
"Ya basta..." expresó Louis, sintiendo lástima. "Eres buena, pero necesitas practicar mucho más, aunque lo hiciste bien", dijo, tratando de hacerla sentir mejor.
"¡No digas tonterías!" gritó, molesta.
"Qué chica tan, ¡molesta! ¿Por qué no le enseñas lo que es... El sufrimi...¡ento!" expresó sádicamente en la mente de Louis.
"¡No!, ¡no molestes!" gritó Louis, furioso por las palabras que escuchó en su cabeza.
De pronto, una niebla blanca ligera llenó el lugar, y un hombre con un gran cabello largo recogido en una trenza gruesa que caía por su espalda atacó a Louis... Este logró bloquear el ataque, pero igualmente lo hizo retroceder varios metros. Este hombre llevaba puesto un haori blanco (una especie de chaqueta tradicional japonesa), abierto sobre una armadura blanca ligera que protegía sus hombros y pecho. Debajo del haori se distinguía un kimono o yukata de tonos claros, ceñido con un obi (fajín). Los pantalones eran amplios y oscuros, similares a unos hakama (una especie de pantalón plisado usado por guerreros y practicantes de artes marciales). Además, una venda blanca cubría sus ojos, y usaba una katana blanca como arma. Las mangas de su ropa ondeaban al viento, evocando el flujo de la niebla misma.
"¿Qué haces aquí?" preguntó Kumi, sorprendida.
"Corrigiendo mi error..." respondió con una voz serena y tan etérea como la niebla, lanzándose hacia Louis... Y como si fuera neblina, fue difícil de distinguir para Louis, y al instante el hombre desarmó a Louis y luego apareció detrás de él como neblina. Con una rapidez impresionante, llenó de cortes la espalda de Louis, destrozando su ropa en el acto... Louis cayó de rodillas, y al levantar la cabeza, el hombre estaba frente a él nuevamente. Se quitó la venda de sus ojos y miró directamente a los de Louis, llenándolos de niebla blanca; después de eso, era difícil notar que sus ojos eran diferentes entre sí. Louis perdió la conciencia y sus heridas en la espalda dejaron de regenerarse.
"No confiabas en mí... ¿verdad...?" dijo Kumi, decepcionada de ella misma.
"Por supuesto que sí... Pero Zthur no..." respondió mientras se ponía la venda en sus ojos. "Él no se equivocó... Pero yo sí, no estabas lista..." expresó con serenidad, apuntando su katana para atravesar el corazón de Louis.
"¡Espera!, no le hagas daño, Yeynos", gritó el Profesor Maxwell, acercándose con Hanks a su derecha.
"¡Jonathan! ... Je, cuánto tiempo", dijo con su voz cargada de nostalgia y sorpresa.
"No le hagas nada y te daré la pieza que me encargaste...", expresó el Profesor con seriedad y preocupación.
"¡Pero... yo tengo la pieza!", dijo Kumi, mostrando la caja arcana.
"Esa es falsa... La verdadera la tengo yo", dijo, haciendo que su brazo mecánico se transformara hasta sacar una pieza mediana, como una esfera con una "S" en su interior. La sacó y luego hizo que su mano se convirtiera en un cañón.
"¿Es esa, Kumi?", preguntó Yeynos al no poder ver nada.
"Sí, padre... Esa es...", dijo con decepción, tirando la caja arcana al suelo tras ver la pieza con el lente del comandante oscuro.
"Bueno... Te daré la oportunidad de tomarla tú misma, hija", dijo Yeynos al escuchar el sonido de la caja arcana cayendo al suelo.
"¡Alto! Dame al chico primero", dijo el Profesor con firmeza.
"Claro que no... Después de matarlo, vienes tú y tu amigo", respondió Yeynos, apuntando su katana nuevamente.
"¿Tú crees?" Una gran luz azul comenzó a iluminar el brazo del Profesor. Esta luz salía de un cristal incrustado en el brazo mecánico del Profesor.
"Papá... Es como una pieza de plumorium", dijo Kumi sorprendida al verla.
"¿Plumorium?", pensó el Profesor, desconociendo ese material.
"¿Cómo? ¿De dónde sacaste eso?", preguntó sorprendido y un poco nervioso.
"Tengo mis fuentes", contestó el Profesor, apuntando su brazo a Yeynos y a Kumi. "Este es el trato: yo te doy la pieza y tú dejas al chico", expresó con firmeza y seriedad.
"Ja, podría matarte fácilmente, no eres un peligro", dijo con gran serenidad.
"¿Quieres apostar? Te aseguro que el disparo de esta cosa hará pedazos una parte del reino; tú y tu hija no podrán escapar y no tendrán la pieza", expresó como si no le importaran los demás.
"¡Sigues estando mal de la cabeza!", respondió molesto. "Muy bien, acepto...". Yeynos guardó su katana, acercó un poco a Louis y luego retrocedió, escondiendo su mano izquierda, con la que estaba haciendo señas a Kumi.
"Cuando dispare, nos acercaremos a Louis", susurró el Profesor, y Hanks asintió.
"Para no tener problemas, haremos un juramento, como en los viejos tiempos", dijo Yeynos, haciendo que una niebla negra rodeara al Profesor y a él. "Juro no lastimar a este niño". El Profesor dudó, pero al final aceptó. "Prometo darte la pieza que buscas". Entonces la niebla que rodeaba al Profesor y a Yeynos se juntó, ambas se hicieron blancas y luego se desvaneció.
El Profesor disparó la pieza y al instante activó su brazo, acercándose a Louis junto a Hanks. Yeynos sacó su katana para atacar al Profesor y a Hanks, pero el brazo del Profesor creó un campo de fuerza azul, además de que Kumi fue inmediatamente por la pieza después de que el Profesor la disparó lejos.
"¡Eres un maldito! ¡Ibas a matarnos!", dijo el Profesor molesto, con sudor en la frente.
"Y tú, ¡un estúpido! ¡Me engañaste!", expresó molesto mientras golpeaba el campo de fuerza con su katana.
"Tal vez exageré un poco... Pero mi tecnología es la mejor", dijo, después de lo cual Yeynos fue golpeado por una gran corriente de luz azul que lo lanzó lejos, estrellándose contra una casa. Mucha gente miraba por las ventanas de sus hogares, asustados por el impacto.
"Ja, ja, ja, ja, ¿solo eso puedes hacer? Con tu... tecnología, tal vez no mate al chico, pero tú... mueres hoy", dijo con serenidad mientras se acercaba nuevamente a ellos.
"Te recomendaría ir por tu hija, hay una mujer que maneja como loca y llegará aquí pronto, pero no solo ella...", expresó el Profesor con confianza, evitando que Yeynos atacara el escudo nuevamente.
"Desgraciado..." Al instante, Yeynos corrió hacia donde estaba su hija.
"¡Ririam! ¿La tienes en la mira?", preguntó Mei mientras manejaba a toda velocidad, con Kassie a punto de vomitar atrás.
"Ya la tengo", respondió un hombre de cabello castaño muy oscuro y lentes, con una voz grave y seria.
Ririam disparó con su rifle de francotirador a Kumi mientras tomaba la pieza. Al instante apareció Yeynos, usando su katana blanca. "¡Te la devuelvo!", dijo con serenidad, subiendo un poco su tono de voz. La bala había sido regresada, y Ririam logró pararla usando el mismo rifle.
"Tenemos que irnos, hay que entregar la pieza a Zthur", expresó Yeynos mientras comenzaba a correr por los tejados con su hija.
"¡Pero mis amigos!", dijo Kumi preocupada mientras le entregaba la pieza a su padre.
"Tendremos que sacarlos cuando llegue la hora, lo siento mucho... Pero lo primordial es entregar esta pieza", respondió Yeynos, tomando la pieza y guardándola en su ropa.
Una gran cantidad de aire amarillo se acercaba a ellos.
"Maldición, ¡rápido!", dijo Yeynos, cargando a Kumi y caminando a gran velocidad por encima de las casas.
El aire amarillo los alcanzaba rápidamente, pero Yeynos logró acercarse lo suficiente a la salida del reino. Con un gran salto, se convirtió en niebla y pasó por encima del muro, logrando escapar.
"¡Jonathan! ¿Está bien?", preguntó Mei, llegando con su auto, mientras Kassie salía de él con gran alivio.
El Profesor desactivó el escudo de su brazo y mostró cómo estaba Louis. Rápidamente, Mei lo cargó a la casa del Profesor Maxwell.
"¿Estará bien, verdad?", preguntó el Profesor, preocupado.
"Din dice que solo debe descansar y estará bien en la mañana", respondió Mei mientras revisaba a uno de los encapuchados. "¿Crees que deberíamos avisarle a su reino?", preguntó, sacando unos kunais escondidos en la ropa del encapuchado.
"No... Esta mañana conversé con él... cuando le enseñaba a usar la bicicleta de entregas y después de que chocara muchas veces...", dijo, recordando el desastre. "Me dijo que... en este reino él puede ser él mismo y no tiene que estar fingiendo o escondiéndose... y que nadie lo juzga o lo trata como basura", respondió el Profesor, mientras observaba los daños en su casa.
"Entiendo... pero por...", dijo Mei, siendo interrumpida por el Profesor.
"Creo que me mudaré cerca de la agencia, por seguridad. ¿Podrías ayudarme a buscar una?", dijo el Profesor, decidido y recordando algo.
"Por supuesto, ¡te ayudaré!", expresó Mei con su voz dulce y suave, recordando la última vez que le pidió eso.
Fin del capítulo.