Prólogo.
Fue cuándo llegué a mi casa suspirando como cualquier día otro, había saludado a mi madre como siempre pero a ¿Qué costo?.
Llegue a mi cama y lo primero que hice fue tumbarme ahí y abrazar la almohada, solo quería cerrar los ojos y que el día acabara de una vez.
Solo quedaba soñar e ilusionarse de qué esto acabaría pronto, algún día esto tendría fin. "Volver a ser cuando era un niño". Donde fui feliz alguna vez antes que empezara esto.
Capítulo 1: "No dejes de soñar"
10:15 A.M patio del colegio.
En el patio estaba viendo unos absurdos escarabajos pelear, mientras yo les hacía varios círculos alrededor de ellos, no sólo con ellos también varios pequeños insectos y algunas hormigas. En estos días de verano calurosos, donde yo suelo estar en el patio de la primaria cerca de los arbustos, donde siempre podía admirar a los insectos, bichos, aves y hormigas saliendo de sus nidos entre pequeños caminitos en la hierba.
—¿Qué haces con ellos?, ¿Por que les haces eso?.
Solo voltee un poco y era una niña con un vestido amarillo, tenia un cabello algo amontonado y desastroso, en decir verdad no le quedaba mal. Ella se sentó de cuclillas a lado mío y observó de frente mi rostro esperando que dijese algo. —No hablas mucho por lo que veo, entonces te gusta mucho verlos. ¿Cierto?.
-Deberías estar jugando con los chicos, no crees?.
Dejé de hacer círculos con el palo que tenia en la mano mientras la tenía a lado mío. -hmm, no me gusta hablar con ellos, ni jugar con ellos. Creen que soy raro. ¿Por que no te vas a jugar con los demás?
—Me llamo Antón, un gusto supongo -Haciendo círculos alrededor de los escarabajos.
—Pensé que no responderías, yo soy Zaphyro.
—¿No tienes amigos? —Irrumpió de forma inmediata.
Zaphyro se abrazó de rodillas mirando al suelo. "No tengo a nadie", estoy sola sin amigos. Pero a diferencia de ti no me agradan los demás aunque, no me dicen nada malo.
No tenía amigos al igual que ella, todos eran felices con compañía, era la primera vez qué socializaba, no dude en animarla sin siquiera conocerla ya que se notaba lo mal que se sentía.
Así que decidí dar un paso adelante.
—Podemos ser amigos, no sé por que nadie quiere ser el nuestro, así que toma.
—había arrancado suavemente una pequeñas flores de los arbustos. Pude notar una leve sonrisa en la cara mientras levantaba su mirada, levemente con los cachetes un poco rojizos. Solo sonrío ella un poco mas hasta qué un niño como yo y con sus brazos rodeando nos detrás del cuello a cada uno, era un niño con camiseta azul y unos shorts marrones.
—¡Oigan! ¿hay lugar para uno más?. Sonreía un poco observando nos y con una bandita en su nariz.
Ambos nos sorprendimos cuándo tomo la iniciativa de acercarse a nosotros.
no obstante recuerdo que desde ese día fuimos los tres inseparables.
Los tres éramos felices, los tres juntos hasta que la muerte nos separo.....
"Así como pasaron los años, se fueron también nuestras historias juntos"
Eran las 11:30 a.m. Cuándo desperté tirando la alarma accidentalmente, era un día soleado y, aunque hacia mucho calor debo decir que disfrutaba mas de la estación invernal, pero el invierno aún si no se compara son mas las actividades que puedo hacer en el verano. Han pasado doce meses...1 año que no tengo a mis amigos conmigo.
Mientras me duchaba coloque el champú en la repisa noté que una sección de la pared estaba suelta, tenía un corte perfecto. Sentí curiosidad, así que la retiré con cuidado. Encontré dentro una llave negra junto a una nota con lo que al parecer era un código escrito en el:"1547", escrito con la letra de Zaphyro. ¿Por qué dejaría escrito esto aquí? ¿Qué significa éste código?.
Suspiré mirando nuevamente la nota y la llave negra, decidí dejarlos dónde estaban. Ya era hora de ir la trabajo. Mientras caminaba hacia la estación de tren, seguía pensando en la llave y en el código. Sentí la mezcla de intriga y nostalgia juntas a la curiosidad que me mataba en el recorrido, pero decidí que volvería a revisar entre sus cosas y en aquella repisa cuándo llegara a casa.
Al llegar a la oficina, vi a Khala quién se giró hacía mí desde su silla con una gran sonrisa.
—¡Hey, Antón! —me saludó mientras me entregaba una pila de hojas que casi se me caen encima— ¡Toma esto!
Khala es una amiga que conocí cuándo empecé a trabajar aquí. Es un poco molesta, pero también bastante simpática, aunque me exaspera su pereza.
—¡Oye!¿Qué es esto? no soy tu esclavo —le respondí.
Ella soltó una carcajada y siguió bromeando. A pesar del ajetreo de este día estuvimos entre risas, chistes y algunas bromas pesadas, todo por parte de Khala. Ya casi terminábamos nuestros turnos cuando Khala me tomo del hombro.
—¿Cómo has estado últimamente? —me preguntó, mirándome con seriedad.
—Supongo que bien —le respondí con una leve sonrisa, dándole la espalda para evitar la conversación.
Pero Khala, sin dejar el tema, me tomó del hombro.
—¡Oye! ¿Así ignoras a una amiga? —me reclamó con una sonrisa, claramente estaba molesta y se notaba más aun por su frente que yacía una pequeña marca de enojo.
Mirándola, comprendí que tal vez había sido grosero y suspiré, mientras ella me observaba con una mezcla de paciencia y comprensión. Tomé su mano y decidí llevarla conmigo, en tez morena podía verse el sonrojo de cachetes.
"Una cita no hace daño"...
Estábamos sentados en una cafetería cerca del trabajo, el turno había terminado y decidí traerla conmigo para poder conversar con ella sobre lo que quería saber de mi.
Pedí al mesero que nos trajera unas bebidas, así mientras conversamos este asunto con Khala.
Sin importar las luces algo tenues de este lugar, su suave y rico aroma de café lo hacían único.
"Antón ¿por que me trajiste aquí?". "Pedí que me expliques cómo has estado últimamente, no que me trajeras a una cita~ o ¿Acaso era esa tu intención?.
Patee suavemente la pierna de Khala notaba su típica expresión irritante.
—¿No puedo invitarte simplemente a una reunión de amigos?.
—Querrás decir solo nosotros, ni siquiera preguntaste, solo me tomaste de la mano y luego....— acercando su rostro y tapándose con una mano, un susurro salió de sus labios. "Tuviste la indecencia de traer a una dama en este sitio como este....a solas".
Mi expresión no podía ser seria, menos sintiendo como la tensión aumentaba en mi levemente, era algo vergonzoso tener a alguien tan buena como Khala con este tipo de carácter.
—De seguro te sientes solo, y buscas compañía ¿es así?.
Entre un suspiro y la incomodidad respondí lo primero que se cruzó en mi mente. —Si, así es Khala, pero no de la forma en la que piensas. Solo quería que responder sobre lo de hace rato.
—Ah, cierto...bueno si tú dices esta bien. También me preocupo a veces por como estas, sabes. "Si tan solo fueras más abierto con lo que sientes, te haría mejor al alma".
—Khala, sabes que yo no creo que haya sido un suicidio la muerte de Zaphyro, mucho menos la muerte de Sean un accidente.
—¿Por qué sostienes eso aún? No entiendo que ganas si sigues pensando de esta manera... Deberías hacer algo que te distraiga de vez en cuando y así también poder superar este dolor.
—Khala.....
—No hace falta que digas nada Antón, aún sostienes que la policía no cumplió tus expectativas en esa investigación. Debes dejarlos ir. —Khala no dudo en poner su mano encima de la mía y con una expresión suave me dice.
"Deberíamos tomar un poco más, antes de irnos".
Así fue como pase la noche con Khala hasta que cada uno se fue a su casa. Era momento de volver y ver la gota que derrame el vaso.
Cuando volví a casa, dejé caer las llaves en la mesa de la entrada y me senté en el sillón de la sala. Mis ojos recorrieron la habitación hasta que encontraron las fotos que tenía en el estante, una de ellas con los tres juntos, parecía llamarme como si me observaran.
Suspiré. Sus nombres había susurrado una nostalgia inevitable para el momento, una sensación que me hundía cada vez más en recuerdos dolorosos.
Fui a la cocina, abrí el refrigerador y tomé una botella de agua. Me apoyé la encimera, cerrando los ojos mientras bebía. Necesitaba volver a investigar un poco mas sobre este caso, hace casi un año que lo hago, aunque hace unos meses había decidido aceptar esta realidad. No obstante al notar varios huecos en el caso y ser bastante terco, fue un completo desastre de mi parte, no tengo nada que hacer mas que ver por curiosidad entre las cosas de Zaphyro para ver si averiguo mas sobre la nota y la llave.
Finalmente, subí al baño de mi habitación. Ahí estaba la repisa donde había encontrado la llave negra y la nota con código. Me acerqué y los tomé en mis manos de nuevo, conmigo sintiendo el frio metal y el peso pequeño de la nota.
Encendí la vieja computadora de Zaphyro y, mientras sentía la tensión en mis manos, no sabia que me podía encontrar o si había alguna carpeta en especial. Finalmente ingresé el código como contraseña con fe de que se desbloqueará, para mi sorpresa la pantalla de inicio apareció. Solo habían accesos directos a programas que usaba siempre ella para su trabajo, entre estos solo me llamo la atención y era una carpeta con un logo que tenia forma de una "X", el cual no tenía nombre.
Abrí la carpeta y lo que encontré me dejo atónito, imágenes donde estaba en su mayoría Zaphyro y otras víctimas. En varias de las imágenes en una pude ver como una chica ahogaba a Zaphyro agarrándole del cabello y metiéndola dentro del inodoro, con las manos atadas contra su espalda. Eso no era todo, también me apreté los puños al ver como la obligaban buscar entre hojas de navaja adentro de una caja hasta que logró sacar una llave negra, cada imagen solo me enfermaba más y más saber que es la misma llave que encontré yo esta mañana.
No podía asimilarlo, estaba tan enfadado, nunca creí que esto fuera verdad, apenas tuve el valor de ver la última imagen de ella apunto de ser colgada, note que ella tragaría la llave negra que tanto mencionamos, así también volví a pensar y tener agallas con todas las demás fotos que habían en el medio. Fue entonces que debía pensar en una cosa.....y esa era una venganza y no una cualquiera, creo que sería momento de pasar de desapercibido mientras mantengo en orden mi rutina laboral. En conclusión, siempre tuve la razón sobre la policía, ellos no llegaron al fondo de esto. Deje de soñar en un mundo de esperanzas.