Aunque Arwen no tenía intención de ocultar a Aiden y su relación, no había tenido tiempo ni oportunidad de presentarlo a su círculo de personas. Por lo tanto, cuando Carl mencionó —cuñado—, ella se sintió confundida.
Sus cejas se fruncieron mientras repetía para confirmar si no lo había escuchado mal. —¿Cuñado?
El joven se rió al otro lado de la llamada como si hubiera encontrado algo interesante y digno de burla. —Hermana mayor, ¿descubrí tu secreto? —se rió ligeramente, sin siquiera interesarse en saber si tenía razón, de alguna manera parecía ya seguro de la verdad—. Tranquila, tranquila, no te preocupes todavía. Tu secreto está seguro conmigo. Puedes darnos la sorpresa más tarde y no les diré a Amelia y Eira que ya me enteré antes que ellas.
Arwen todavía no podía entender de qué estaba hablando. Así que, manteniendo su paciencia, preguntó de nuevo, su voz tranquila y serena —Carl, ¿puedes explicarme correctamente de qué estabas hablando?
