La mirada de Aiden permaneció fija en Jason mientras leía los informes de Arwen.
—Teníamos razón —finalmente dijo Jason, cerrando el archivo y deslizándolo por la mesa hacia Aiden—. Arwen perdió la memoria y esa pérdida no fue causada por ningún trauma. En cambio, alguien ha interferido deliberadamente con su estado mental.
Las mandíbulas de Aiden se tensaron, y sus manos se cerraron en puños mientras tomaba el archivo. Sus agudos ojos escanearon el documento, deteniéndose en ciertas secciones que lo describían en mejores términos.
—Continúa —dijo, con voz baja y fría.