—Ya te lo dije antes, no seguiré tus órdenes. Ya hice el trabajo por el que me pagaste. Esto debería terminar. ¿Por qué me pides de nuevo hacer algo que me resulta difícil? —dijo con irritación en su voz.
—No es tan difícil como piensas. Solo tienes que hacer una llamada telefónica. Definitivamente no es difícil, ¿o sí? —Delyth no estaba de humor para tolerar caprichos de alguien en ese momento, pero aún así sonrió para convencer a la enfermera.
—Sí lo es —respondió Lily, sintiendo que su paciencia se agotaba—. Está contra las reglas del hospital. No puedo hacerlo.
—¿Y eso qué importa? —Delyth la miró con la misma sonrisa que ni una vez flaqueó. Mirarla daba la impresión de que estaba segura de que haría que la enfermera accediera, sin importar qué—. Puede que esté contra las reglas de tu hospital, pero ¿por qué debería importarte eso?
—¿Qué quieres decir? —preguntó Lily, frunciendo el ceño.