Gianna estaba realmente aterrada. No quería que Arwen se casara con Ryan, pero ciertamente tampoco había deseado que se casara con un completo desconocido.
—Anna, no estoy bromeando. También estoy hablando en serio —dijo Arwen con calma. Luego, levantándose, caminó hacia la mesa del comedor para servirse un vaso de agua.
Tomándola lentamente, continuó —Si no estuviera hablando en serio, ¿cómo podría haber firmado el certificado de matrimonio hoy?
—¡Exactamente, ese es mi punto! ¿Por qué hiciste eso? —preguntó Gianna, como si estuviera en agonía intentando entender qué había impulsado a su amiga a tomar tal decisión.
Arwen se volvió para mirar a Gianna y le hizo un gesto para que tomara asiento en el sofá primero. —Siéntate, te contaré todo lo que pasó. —Ella volvió a sentarse antes de alcanzar su teléfono. Después de tocarlo unas cuantas veces, le mostró a Gianna una imagen.
—¿Qué demonios? ¿Ese cabrón realmente se acostó con esa zorra justo una noche antes de casarse contigo?
