Ryan evitaba encontrarse con la mirada de Daniel mientras decía —Ella no sabría nada. Y aunque lo supiera, elegiría creerme. Después de todo, todos sabemos lo obsesionada que ha estado conmigo, llamándolo amor.
Y Daniel frunció el ceño —¿No estás extrañamente seguro de eso, Ryan?
—¿Por qué? ¿Piensas lo contrario? —preguntó Ryan, claramente muy seguro de sí mismo.
Daniel sacudió la cabeza —No, pero sí creo que incluso los sentimientos más fuertes caducan cuando son ignorados y dados por sentados —bebiéndose el resto de su bebida, añadió—. De todos modos, ahora que lo he escuchado todo, me iré. Todavía quiero volver y descansar.
Cuando se levantó para irse, Ryan lo detuvo.
—Daniel, espera —dijo Ryan, haciendo que Daniel se volviera—. Quiero que investigues algo —pero antes de que pudiera explicar más, sonó su teléfono.