—¿Piensas que te estoy engañando, Ryan? Si te estuviera engañando, ¿crees que habría acabado en la cama del hospital como esto? ¿Cómo puedes siquiera pensar eso de mí? —susurró Delyth con sus ojos llorosos y abiertos clavados en Ryan.
—No juegues a ser la víctima, Delyth —espetó Ryan—. Esto no tiene que ver con tu estado actual ni con tus lesiones. Se trata de la verdad. Y sé lo que has hecho —dijo mientras retrocedía, dejando sus brazos.
—¿Verdad? —repitió Delyth, manteniendo sus ojos llorosos aún en él—. ¿Y qué crees que es la verdad, Ryan?
Las lágrimas en sus ojos hacían sentir culpable a Ryan. Él nunca supo por qué sus lágrimas tenían tal efecto en él, tal vez porque ella era la hermana de Zeke y se parecían mucho. Pero no podía dejar que sus emociones nublaran su juicio ahora. No de nuevo.
—Compartiste una imagen con Arwen. Una imagen hecha para hacerla creer que somos algo que no somos —dijo Ryan, manteniendo su resolución firme.
