Roca estaba aturdido mientras se sentaba en el suelo. Estaba encarcelado en una pequeña celda dentro del calabozo, con sus extremidades encadenadas con una cadena de acero.
Normalmente, sería capaz de liberarse sin mucho problema considerando su destreza, pero ese relajante muscular era muy efectivo en suprimir su poder, haciéndolo casi tan impotente como un humano. Por lo tanto, su celda estaba desprotegida porque no tenía sentido vigilar a un hombre sin ninguna posibilidad de liberarse.
Miraba al suelo y sólo tenía una cosa en mente.
«¿Qué hay de la Princesa Swan? ¿Está bien? ¿Y si esa perra de Jade también la envenenó? ¿Está segura bajo la protección de Su Majestad?»
Roca todavía se preguntaba si su cuidado hacia la Princesa era debido a la fascinación, el amor o simplemente un sentido de obligación como su protector.
Sin embargo, quería que ella estuviera segura.