—Llevaste a tu casa de la manada —dijo Dacre. Estaba furioso cuando se enteró de esto, pero no porque le importara Zuri. Esa mujer no era importante en sus ojos.
Le importaba porque Khaos había llevado a cabo su plan, aunque él no hubiese estado de acuerdo con ello. Esto era más un juego de poder que cualquier otra cosa.
—Lo hice.
—Después de que ella matara a dos de mis guardias.
—Se lo merecían.
Ambos caminaban hacia el palacio de la reina, donde el rey quería visitar a la reina para pasar la noche con ella.
A Dacre le gustaba caminar, por eso, no pidió un carruaje y más importante aún, podía usar este momento para tener esta conversación con Khaos.
—Te importa demasiado ella —Dacre sonrió con malicia, mientras miraba a Khaos—. Ten cuidado, ella puede ser tu perdición. Estaba dispuesta a abandonar a su propio compañero y padre. Los traicionó y causó sus muertes. Podría traerte calamidades a continuación.