Alfa Roland sonrió con suficiencia.
—Te digo, el universo nos está ayudando con esto. No necesitamos hacer nada. —Se sentó en el sofá y se recostó, luciendo satisfecho.
Xaden despidió al guardia y se acercó a Alfa Roland.
—Creo que podemos acelerar nuestro plan.
—Quiero que Khaos caiga con él también. Ha sido un buen perro para tu hermano —dijo Roland, con malicia goteando de su voz.
—Podemos arreglar eso. —Xaden sonrió con suficiencia, pero confirmó algo que había sospechado desde el principio; Roland realmente no le importaba Zuri tanto como intentaba mostrar. Su máscara se deslizó y Xaden pudo ver la frialdad en sus ojos hacia su hija.
También sabía que Roland había golpeado a Zuri ayer antes de que regresara a la casa de la manada.
Dado que las lesiones de Zuri solo eran cortes y moretones, para cuando él llegó y la encontró, ella ya había sanado. Lucía bien, pero sus ojos parecían muertos.