—Alguien está aquí para entregar una carta para ti —dijo Caiden, mientras le entregaba a Khaos una carta. La habitación estaba tenue, con solo el débil resplandor de las perlas luminosas en las paredes proporcionando una iluminación escasa para la sucia celda, donde ponían a sus prisioneros.
—Shawn todavía respira. Era uno de los ancianos de la manada River Creek. Habían estado tratando de extraer información de él y hasta ahora, había revelado toda la información que sabía con la esperanza de salvar su vida.
Lo que él no sabía, era que en el momento que fue capturado por ellos, su vida terminó justo allí. Era solo cuestión de tiempo antes de que Khaos perdiera la paciencia y lo matara.
—La doncella personal de Luna Zuri aparentemente está aquí para entregar la carta en persona. ¿Qué crees que sea? —preguntó Caiden, mientras observaba a Khaos abrir la carta. Intentó echar un vistazo desde el rincón de sus ojos—. ¿Qué es? ¿Qué dijo?
