—Nunca vuelvas a reunirte con él —Xaden pronunció cada palabra con énfasis—. Nunca vuelvas a interactuar con él.
Zuri no dijo nada, miró por la ventana del carruaje mientras regresaban a la manada Blackthorne. Ignorado por ella, Xaden se sintió molesto.
—¿Me escuchas?
—Alto y claro.
El carruaje era espacioso y se sentaban uno frente al otro, pero la distancia entre ellos se sentía enorme.
—¿De qué hablaste con él? —preguntó Xaden, impaciente—. Sintió esta intención asesina de Khaos cuando él besó a Zuri frente a él. No lo esperaba.
Aunque solo duró unos segundos y cuando terminó con su compañera y miró al hombre, no quedaba rastro de ello, aún así lo sintió. Sabía cómo se sentía cuando un depredador acechaba a su presa.
—Nada.
Xaden estaba al límite de su paciencia. Estiró la mano y pellizcó la barbilla de Zuri, obligándola a mirarlo. Su compañera lo miraba fijamente, intentó quitar su mano, pero él atrapó su mano y cambió de asiento. Ahora, estaba sentado junto a ella.