Sin embargo, obviamente no fue suficiente para recuperarla.
—Zuri, solías querer a Sombra, ¿recuerdas? Khaos te dio el lobo cuando tenía solo unos días de nacido. Yo fui quien te trajo al lobo. ¿Recuerdas eso? Tú le pusiste el nombre de Sombra. —dijo Gayle.
Era tan extraño que Zuri se le ocurriera el nombre, pero ahora el nombre se ajustaba más a Khaos, ya que él controlaba la sombra.
Por otro lado, al oír eso Zuri lanzó una mirada fulminante a Gayle —¡Por supuesto que lo recuerdo! ¿Piensas que estoy loca? ¿Y qué más? No me importa. ¿Qué más quieres que haga? ¿Malditamente acurrucarme con esa bola de pelo? ¡Deshazte de esa cosa! —exclamó ella.
Zuri estaba furiosa. Cruzó la habitación de un lado a otro y luego pateó a Sombra en la cara. Sin embargo, lo que no esperaba era que el lobo en realidad le mordiera la pierna y ella gritara a pleno pulmón mientras caía al suelo.