Sentía como mi cuerpo concentraba tanto maná que creí que me quemaba por dentro, mi circuitos mágicos se sobrecalentaban al quemarlos y aun ese dolor intenso me obligaba a levantarme contra la fuerza que me dejaba tumbada en el suelo. Era el peor día de mi vida, la única razón de mi esfuerzo eran los gritos de mi guardián, lo escuchaba preocupado y eso era más que suficiente para que usará todas mis energías porque él es la única persona con quien podía contar en este infierno, desde que llegué me él me cuidó aunque estoy segura que lo hacía porque es su deber como familiar mágico en vez de una conexión conmigo, pero aun así él era mi único soporte así que no podía olvidarme de él, su voz me daba las fuerzas para levantar mi torso en medio de la carretera, deseaba ir con él para abrazarlo y escuchar un todo estará bien de su parte.
—¡Master! —Escuché como mi Servant repetía lo mismo varias veces de la nada.
—¿Por qué no despiertas? ¡Idiota! —Decía otra voz a la vez que sentía lágrimas caer a mi rostro aunque no veía de quien era —¡Mierda! Ya deberías estar bien—
—¡Suficiente! No la presionen, saben que no tenemos las suficientes reservas de maná para sanarla, sí quieren ayudarla deben dejarla descansar, necesitamos recolectar más con círculos mágicos —Declaraba con firmeza la misma voz adolescente.
—¿Pero ella va a despertar? Ya agotamos nuestras reservas. Es mi culpa, sí no fuera por mí tendríamos mas maná para ella —Declaró culpa la voz más aguda y femenina bajo sollozos.
—Lo dudo. Nunca tenemos reservas suficientes Yukicchi —Una voz seca y poca aguda a la voz más aguda y femenina —Todos necesitamos maná para sobrevivir, aun seguimos sin encontrar armas para no depender de la magia así que era lógico darte más —Sonaba fría e indiferente.
—Pero somos una carga para Tohsaka. No importa cuantos hechizos nos enseñe, sigo siendo la que menos aprende y la que gasta más maná del grupo —Decía la tal Yukicchi con sollozos —Siempre tienen que gastar las reservas en mi—
—Yukicchi, no consumimos mucho maná por esa falta de recursos en general. No tiene sentido sentirse mal por ello —Dejó claro la voz seca sin expresar otras emociones.
—¡Qué insensible eres! A veces no suenas humana, Himuro. ¿Qué clase de amiga no ayuda a las suyas? —Empezó a discutir una voz tan ruidosa que creía que gritaba por cada palabra.
—¿Escuchas lo que dices? No me gusta que me presentes como un monstruo sin corazón a nuestros nuevos aliados. Te recuerdo que soy quien lidera el grupo cuando no está Tohsaka, una de nosotras debe de mantener la calma para poder lidiar las situaciones complicadas, ya no tenemos una vida normal, no puedo ser blanda cuando nuestras vidas siempre están en riesgo—
Mis ojos buscaban a quienes le pertenecían esas voces pero no los encontraba, solo estaban la gente de la calle que murmuraban cosas que no entendía. Tardé en entender la parte de que despertará, entonces recordé que había pasado antes y me asusté porque pensé que estaba herida de muerte, cerré los ojos y los presioné como un intento de despertar, pero cuando sentí sacudidas en mi cuerpo junto los abrí solo para ver que estaba fuera de la entrada de mi hogar sentada en el suelo, no sabía que se podía despertar en un sueño para entrar a otro, volví a repetir lo mismo pero siempre terminaba en el mismo lugar aunque lograba escuchar con mas claridad las palabras de los demás, seguía intentando hasta que en uno de los escenarios creí notar ojos dentro de mi casa sin luz, no decidí investigar y otra repetía mientras oía mas la conversación.
—Que fastidio. ¿Pueden dejar de pelear? No hice un contrato con el Santo Grial para escuchar sus problemas, me cansa un poco que me obliguen a ser un niñero cuando soy un guerrero —Escuchaba la irritación de una voz masculina nada joven.
—¿Nos va a dejar solas? —Fue una pregunta que cortó los sollozos de tal Yukicchi.
—No, saben que no soy esa clase de hombre, tengo honor. Además, Rin es una mejor Master que mi anterior Master, ella sí me permite pelear correctamente. Joder, cada vez que pienso en ese cobarde me hierve la sangre, era un imbecil que siempre me retiraba de los combates interesantes, nada de acción, solo juego sucio—
—Lancer, no te desvíes del tema, y más cuando una de nuestras visitantes aún no nos puede escuchar—Pidió la voz que suponía era de Tohsaka.
—Lo entiendo Master, supongo que me dejé llevar un poco. ¿Pero al menos me permites entrenar a Shielder? Necesito un compañero a la altura para las próximas batallas —Decía las últimas palabras con más energía a comparación de antes.
—Bien, te lo permito porque no nos conviene un Servant novato, sé que no puedo exigirte mucho, pero me gustaría que intentaras descubrir cuál es el Noble Phantasm de Shielder—
—Está bien, pero no te prometo milagros porque dudo hacer mucho en una sola noche y tampoco soy el mejor profesor aunque eso no significa que no tendremos algunos pequeños avances. Con una Master que respeta mi honor como tú no me es imposible esforzarme más allá de mis tareas básicas —Respondía la voz masculina cuando salía o eso creía por recién escuchar pisadas —Y ahora que tenemos nuevos aliados podemos enfrentarnos a un Servant pronto o eso espero—
—Nos vemos Master, dudo que me escuches pero te prometo que me haré más fuerte para protegerte —Esperaba más palabras de quien creía que era mi Servant pero solo escuché más pisadas.
—Aun no puedo creer que Shielder haya invocado parcialmente su Noble Phastam sin mencionar un nombre. Chaldea no logró pero aquí en medio del apocalipsis sí, que complicado—
—¡Oye! Aun no me has explicado correctamente que es Chaldea, tenemos una alianza pero me prometiste darme todos los detalles—
—No lo olvidé, solo estoy estresada, no se como manejar esto. Me esforcé tanto para demostrarle a Leo que—Se interrumpió de golpe tras hablar cansada —No, eso no importa ahora. Bien te diré todo sobre Chaldea— Expresaba resignada.
La frustración controlaba mi cuerpo, no me permitía dejar el suelo porque cada intento de despertarme me daba mas dolor, estaba tan molesta conmigo misma que me insultaba por no poder recuperarme. Aun así la energía de mi cuerpo era mayor que antes porque constantemente se movía para centrarse en los puntos más importantes de mi cuerpo, cada movimiento era como sí fuera en contra de varios kilos puestos para aplastarme, no había hecho tanto esfuerzo antes en mi vida. Antes de poder lograrlo sentí como la fuerza contraria se hacían más potente y detenían mi cuerpo, insistía en no dejarme levantarme a la vez que las voces discutían entre ellas aunque en algún momento no podía entenderlas porque algunos llantos se producían y creía que eran de la tal Yukicchi. Sin poder luchar poco a poco mi energía se regulaba para estar débil en todos lados y así perder mi conciencia nuevamente.
—¿Ella estará bien? —Yukicchi lanzó aquella pregunta aún en un mal estado de ánimo —Ya vamos dos noches y ella sigue igual, si quieren puedo salir a buscar más reservas—
—No lo se, no sabemos sí su cerebro está concentrado sus últimas energías para poder moverse una única vez, no estamos en un hospital así que no me quiero arriesgar —Expresaba la directora preocupada —Y no es necesario, Tohsaka ya salió a explorar, debemos esperar—
—No se mucho al respecto Olga, pero creo que cuando pasa eso se recuperan de la nada como sí nunca estuvieran dañados, Fujimaru sí muestra problemas –Mencionaba Himuro sin alterar su voz.
—¡Tal vez ella estaría a salvo sí Olga no usaba todas las reservas de maná que nos quedaba para recuperarse! —Reclamaba en gritos la única voz femenina que aún desconocía su nombre y la última que escuché antes de apagar mi mente —Les dije que era mala idea darle lo poco que teníamos para buscarlos. ¿Escuchas Yukkichi? No fuiste la culpable de nada—
Entonces de un momento a otro mis ojos se abrían abruptamente tras detectar esas palabras, una luz bloqueaba parte de mi visión y lo poco que creía reconocer era el rostro de la directora, asustada me empecé a levantar mi torso sin problemas del piso, era como sí ningún peso extra hubiera existido y simplemente mi mirada se encontró con cuerpos de los monstruos sin piel de antes, retrocedí como cangrejo hasta que en uno de mis movimientos una de mis manos sintió algo duro, lo recogí solo para darme cuenta que era el cráneo de un no muerto así que grité y no tardé en lanzarlo lejos y la caída. Por un momento me desconecté de la realidad en un instante, toda imagen y cualquier sonido escapaba de mi radar. Duré así por unos momentos, solo volví cuando mi cuerpo me di cuenta que me moví sin dolor, bajé mi mirada una segunda vez y por fin noté que estaba encima de un círculo mágico que producía un brillo cada menos intenso hasta apagarse.
-¿Qué acaba de pasar?-Les pregunté al grupo de chicas que noté al lado de Olga cuando dejé el suelo.
-Por fin despertaste, si tienes el sueño pesado-Comentó con sarcasmo una voz femenina y adolescente poco gruesa pero con toques de ego-Me alegro que ya estés bien-Decía aliviada-Estabas tan mal que usamos un círculo mágico para absorber la energía de esos esqueletos y dártela-
-¿Gracias?, ¿Quién eres?-Estaba diciendo confundida por el shock.
-Tohsaka Rin. Las demás son mis compañeras de clases, personas normales. Este incendio nos une a todos, supongo, no tiene sentido preocuparse por las reglas de nuestra sociedad en este punto Fujimaru.
—No me llames así, dime Gudako. Te debo la vida Tohsaka-San —Le comuniqué aun con el mismo tono de confusión.
—Lo entiendo. Tu Servant está entrenando con el mío, van a tardar así que vamos a nuestra base antes de más enemigos nos detecten—
-¿Cómo me diste la energía? Un círculo mágico de este tipo es para extraer-No paraba de expresar mis dudas mientras volví a mirar el suelo.
-Normalmente estaría conectado a mi pero pusimos la conexión a ti, fue un proceso complejo porque siempre estaremos en peligro sí estamos fuera de nuestra base, dibujamos dos círculos, el exterior es para ellos y el interior uno creado para que el maná fluya ahí-Explicaba con sus palabras y con sus dedos para señalar partes del círculo —No perdamos más tiempo, Medusa nos sigue, dudo que cualquiera de nosotras podamos matarla sin la ayuda de un Servant —Entonces se alejó.
Asentí con cansancio. Caminé hacia el grupo para ir a la base, el calor aún era infernal, miré que todas se limitaban usar una camisa sin más, yo no era la excepción y suponía que alguna de ellas me quitó el saco, no me quejaba porque me adapto mejor a la alta temperatura y especialmente cuando era una zona donde podíamos respirar con menos dificultades. En el camino me daba cuenta que las otras tal vez eran chicas de mi edad porque identificaba uniformes escolares deportivos al reconocer camisas blancas con pants rojos y aun así no era complicado diferenciarlas porque Tohsaka era la única con el pelo amarrado en una larga coleta negra mientras las demás no tenían cabello lo suficientemente largo para justificar cualquier coleta.
Mientras las seguía pensaba en un montón de cosas, recordaba los detalles que conocía de Chaldea antes de inscribirme, la convocatoria solo decía que era una organización militar con apoyo de la ONU y los MorningStar para preservar el orden humano o algo así. Debí de prestar atención en la orientación, darme cuenta que no entendí las cosas por dormirme en la presentación de Olga me hacía sentir bastante mal así que deseaba preguntarle todo lo que me perdí pero la vergüenza era tan grande que no atreví, solo apretaba los puños mientras evitaba que la mirada de Olga cuando voltear a ver sí seguía atrás, lo único que tenía claro era que solo podía sobrevivir con un Servant, por algo era lo que buscaba Chaldea, magos con una buena cantidad de circuitos mágicos para potenciar al familiar. Sin embargo solo le daba problemas al mio.
Me preguntaba si aun recuperada no iba a ser suficiente para Shielder, la directora parecía mejor opción porque seguramente tenía más circuitos por su sangre y por esos meteoritos pequeños que usó contra Medusa, quizás transferir a mi sirviente era la mejor opción. No estaba segura si el magecraft de su familia era crear esos meteoritos o algo de observar el cosmos porque los Animusphere se habían encargado de aportar con un observatoria a nuestra sociedad, pensar en eso me hacía recordar que me habían dicho que los MorningStar continuó el legado de la familia con ese lugar aunque no estaba convencida, quizás estaba confundiendo cosas por el ambiente porque no podía pensar claramente sin tener dolores en mi cabeza, debería dejar de pensar y solo aclarar las cosas y eso fue lo que decidí, no dejé de seguirlas para esperar hablar cuando lleguemos al refugio sin dejar de apretar los puños.
Durante el trayecto encontraba mas no muertos inmóviles en el suelo aunque la cantidad era muy inferior a los que encontré en la noche anterior y se reducían más en cada avance, notaba que debajo de ellos existían restos de círculos mágicos similares al círculo que usaban conmigo antes, suponía que era lo más común para ellas ya que dudaba que un infierno como este fuera fácil conseguir maná de otra forma. ¿Por qué habían no muertos aquí? Todos ellos parecían seguir el camino que tomabamos porque en otras calles fuera de esta no se veían, creí que Shieldier fue quien me mencionó sobre que parecían organizarse, no quería creer que eran equipos de exploración o algo de ese estilo. Solo me frustraba más, tanto que empecé a ver colores de la nada por unos segundos junto a una migraña.
-El incendio nos molesta a todos-Se dirigió a mi la chica de nombre Rin-No me gusta hablar mucho sobre eso pero necesitas saber para ayudarnos. En pocas palabras, la Guerra del Santo Grial de este año fue un desastre, todo se arruinó cuando nos enteramos que el Grial estaba maldito desde la anterior edición y que en vez de cumplir milagros ahora solo hace esto, la única forma de detenerlo es destruirlo pero hay un montón de Servants que lo protegen —Me lo decía al notar mi edtado
-¡Qué complicado!, ¿nunca pensaron que era mala idea hacer una guerra de magos?-Exclamaba intensamente la voz que seguía conociendo su nombre.
-Makidera, ¿puedes dejar de repetir la misma pregunta? Es molesto, ya te he dicho que ya da igual a este punto-Decía con un ceño fruncido.
—Oye Gudako, la guerra mágica era para que alguien consiga un deseo, pero Tohsaka no te ha dicho nada sobre el otro ritual. Se usa para otro donde sacrifican a los Servants para un súper poder o algo así—
—¿Algo así? Sí vas a explicarlo, hazlo bien—
—No soy la maga aquí —Chasqueó.
—¡Chicas! No se peleen, ¡debemos estar unidas! —Pedía Yukicchi al colocarse en medio de ellas para separarlas con su presencia.
—No cambiaré de opinión, pero Yukicchi tiene razón —Les decía a la vez que evitaba sus miradas —Como sea, no me importa mucho tu opinión, no tenemos tiempo para discutir ese tipo de cosas cuando nuestros Servants no están aquí —Contestó a la par que se alejaba a paso lento para no estar lejos de nosotras.
Me limité a escuchar la conversación, Makidera era quien hacia mas ruido con su voz, sus ojos eran negros y su pelo era oscuro y corto, su piel estaba bastante bronceada mientras que Tohsaka tenía el pelo del mismo color pero tan largo como para tener una cola de caballo enorme aunque su piel no estaba alterada. Me quedé tan sumergida en la discusión que no me daba cuenta que quien suponía que era Himuro se detenía para dirigirse a mi, mis ojos veían su pelo corto junto a sus ojos ámbar protegidos por unos lentes de vidrio circular, la mirada de ella era bastante inexpresiva así que no sabía si me juzgaba o no y eso me hizo sentir un poco mal, no creería que debía asumir cosas así que esperé que ella diera el primer paso mientras el resto no se percataba de nosotras.
—No te presiones tanto. Olga ya nos explicó superficialmente sobre Chaldea, aun no lo entiendo del todo pero me imagino que esto es complicado para ti, sí no tienes la calma nunca podrás dar el cien, no estás sola —Intentaba tranquilizarme con tono de voz que le caracterizaba.
—Es difícil —Lo decía con el fin de cortar la conversación.
—Aún no sabes que pasa. No estás en Chaldea, estamos en Fuyuki—
—¿Fuyuki? Entonces es el 2004, pero no hay muchos registros de este año, creo que solo hay a partir de 2006—Comenté y suspiré sin mucho ánimo.
Sin mas que decir ella acercó su mano con la mía sin tocarla directamente, era como si fuera una invitación, una que rechacé por unos minutos de silencio en nuestro camino pero al final simplemente tomé la mano porque a este punto las normas sociales de mi cultura no importaba, necesitaba este tipo de cosas para poder enfrentar los peligros eficientemente, miraba su pelo plateado corto y noté como ella era la más grande en cierto aspecto especial, no me fijé mucho en eso, pero aquello me mostró que aún no había prestado suficiente atención al aspecto de las demás, recien me fijaba en el pelo castaño de Yukicchi y su rostro tierno, se veía como el más joven, sin embargo en vez de analizar me quedé viendo la mano de Himuro hasta que sentí una mirada. El sonido regresó cuando la directora nos miró, ella no parecía extrañada y solo susurró algo a la par que las otras volteaban a ver solo para mostrar incredulidad, Olga parecía no entender las reacciones de las otras.
—Nunca entenderé las diferencias culturales —Suspiraba tras dejar claro aquello.
—No creo que sea tan complicado Olga-San. Solo piensa que no somos tan abiertas como en otras partes del mundo así que gestos como esos son especiales —Era la explicación de Yukicchi.
—Los japoneses son raros aunque ojalá que todos tuvieran un poco de esa cultura de respeto —No dudaba en decirlo aunque no se veía molesta.
—¿Pasó algo en Chaldea? —Decía mientras su tono de voz cambió a uno preocupado.
—Nada. Cosas personales, pero gracias por preocuparte —Terminó con una sonrisa.
En nuestro camino pasamos por una serie de residencias con un estilo occidental antiguo, pensé que la base estaría en una de esas construcciones pero seguimos caminando en silencio hasta llegar a un cruce donde una de las direcciones era una calle con una subida, tomábamos esa ruta. Y así nuestro trayecto concluyó en las afueras de una residencia enorme en un estilo japonés clásico más lejana del resto, en la entrada había una placa con las palabras "Residencia Emiya" escritas en ella, no había señales de otras construcciones similares cerca, el calor era menos potente porque tanto las llamas y el humo no se encontraban tan concentrados como en las demás zonas. Mi mano aun se negaba separarse de Himuro porque aún me sentía insegura a pesar de ya estar cerca de la base, seguía siendo un lugar desconocido para mi, ella no se movía cuando yo no presentaba movimientos así que evitaba su mirada aunque nunca la dejaba de sentir, permanecemos de ese modo por poco tiempo ya que ella se cansó de esperarme al ponerse delante de mí para conversar.
—Gudako, nuestras vidas siempre estarán en riesgo y más sí permanecemos fuera —Frunció el ceño mientras le decía para que no la evitará.
—¿Te puedo pedir un favor? —Me limité a responderle con una pregunta.
—Sí, lo que quieras mientras sea razonable —Ponía límites bajo un tono algo alegre.
—¿Puedes seguir tomando mi mano? —Me fijaba en sus ojos.
—Sí —Respondió sin agregar más antes de entrar a la residencia.
Sentí un deja vu por esa interacción, bajé la mirada frustrada porque me odié olvidar a Mash y también porque los demás me salvaron pero yo no pude salvarla. En el fondo de mi ser quería que mi acompañante me abrazará pero no fue así, sí recibí un abrazo pero no de Himuro ya que sin levantar la mirada encontré los brazos de Yukicchi rodeando mi cuerpo, no era lo que esperaba y eso no estaba mal ya que Himuro ni Yukicchi son Mash, tampoco me dan la misma seguridad que Romani pero cada una me ayudó y eso pesa más que cualquier otra cosa ahora. Sonreí, no tardé en corresponder el gesto corporal a la vez que pensaba que el tema de las manos era una tontería y no podía evitar reír un poco.
—Gracias Yukicchi, creo que ya estoy mejor. No te preocupes, te prometo ser mas fuerte—
—Esto, mi apellido es Saegusa —Me informó nerviosa cuando me miraba —Aun no somos tan cercanas para que uses mi apodo, pero espero que nos llevaremos bien—
—No quiero ser grosera, pero tengo una duda, ¿quién es Emiya?—
—No conocí a Emiya-San pero era un conocido de Tohsaka y también era un Master—
—Estudiaba en nuestra escuela. Conozco unas cuantas cosas de él porque una de nuestras amigas era la presidenta del club donde iba, uno de arquería, era el mejor miembro hasta que lo dejó cuando se lastimó un brazo y Tohsaka nos mencionó que era Master de Saber aunque no conocemos su identidad —Me informaba Himuro al mirarme.
—Esto, aun sigo creyendo que Saber es Jeanne D'arc. Digo, es una mujer guerrera con armadura y espada—
—Aún no podemos sacar conclusiones Yukicchi. Te recuerdo que la descripción de Medusa de Olga no tiene nada que ver con la que conocemos—
Tenía entendido que los Servants normalmente debían ocultar sus identidades ante sus enemigos, creía que tal vez ellos cambiaban su aspecto o usaban vestimentas no tan relacionadas a ellos para pasar desapercibidos, si no me equivocaba era para evitar que los demás hagan estrategias con el fin de vencerlos con esa información." Ante eso tampoco podía confirmar las ideas de Yukicchi y decidí que el argumento de Himuro era el correcto en esta ocasión aunque no lo expresé porque no buscaba crear conflictos.
—Sí ya terminaron de jugar vengan, tenemos que discutir cómo vamos a solucionar esta singularidad —Expresaba claramente Tohsaka al alzar la voz —-Quedan seis Servants enemigos, lo ideal sería enfrentarlos uno a uno pero creemos que siempre trabajan en grupo —Daba los detalles al mismo tiempo que tomaba un mapa sucio y desgastado para dejarlo en la mesa.
—¿Y aquí es donde entra la Espada Enjoyada de Zelretch? —Olga cruzó los brazos.
—Sí. Mi familia heredó los planos de la espada, pero para crearla debemos ir a una zona de nuestros enemigos —Mencionaba al señalar el lugar en el mapa ya puesto en la mesa —Casi toda la prefectura está ocupada por ellos, esta es la única zona libre de enemigos—
-¿De verdad una espada acabará con todos?-Yukicchi se mostró incrédula después de soltarme para acercarse al mapa.
-No es una espada normal. Pertenece a uno de los magus más importantes, te diría quien es pero no tenemos tiempo-Contestó Olga sin mover sus brazos.
—¡Ya estoy harta de siempre esconderme! ¿Qué esperamos para ir? —Exclamaba Makidera mientras movía sus brazos de arriba abajo, ya habíamos hablado esto—
—¿Y por qué siempre que nos encontramos con uno de esos esqueletos huyes?—
—Eso es normal, no soy una maga —Volvió a repetir a la vez que nos miraba como si buscara aprobación
-—Ya, pero siempre corres llorando pidiendo mi ayuda —Le recordaba con una sonrisa maliciosa.
—¿Aún estás molesta por lo de takoyaki? Supéralo, solo fue una comida —Le respondía fastidia pero ya sin gritar y sin fijarse en nosotras.
-Una que te invité, no fue la opción más barata pero aun así te quejabas de mi solo por mi actitud, sí no sabias diferencia el sabor de la comida pude haber ahorrado unos yenes-A pesar de las palabras que decía no parecía molesta porque mantenía la misma sonrisa junto a un tono alegre de voz.
-Es el fin del mundo, pero aún pueden divertirse. Espero lograr eso pronto-Me lo comenté internamente-Pero me cuesta seguirles el ritmo-Seguía con mis pensamientos al comprender todo el contexto-Supongo que hablaron de eso cuando estaba dormida-Seguían pensando para luego acercarme y dar un vistazo al mapa de prefectura de Fuyuki
—Espero poder encontrar a los demás en nuestro camino. Pero aun no logro hacer funcionar el comunicador, estoy segura que cualquier MorningStar y hasta Lev sobrevivieron—
—Nunca esperé que los MorningStar crearan algo como Chaldea—
—Se qué no tienen la mejor reputación pero no todos son tan horribles—
—No pertenecen a las familias mágicas de la era los dioses y aún se creen los reyes de la asociación de hechicería. ¿En cuantos problemas se han metido hasta ahora? Fueron ellos que pusieron la regla de matar civiles sí se enteran de nosotras—
No opiné fuera de mi mente. Los MorningStar era una familia peligrosa, no conocía todos los detalles pero mis padres me contaban que nunca debía confiar en uno cuando les decía que iba a trabajar en Chaldea, esa familia siempre se metía en conflictos con los familias principales de instituciones de magia mas importantes, su último problema fue romper algunas de sus relaciones con la institución más importante de la magia, la Torre del Reloj para fundar la suya, eso iba en contra de las reglas, era considerado traición pero antes de cualquier castigo ellos lograban hacer un trato con la Organización de las Naciones Unidas al revelar parte del conocimiento mágico a cambio de inversión, supongo que fue a partir de ahí donde el jefe empezó a construir Chaldea con apoyo de esos países, tanto poder terminó en aceptarlo. Ojalá que él hubiera cambiado la regla de matar civiles, pero aun éramos un secreto a la población y odiaba eso aunque Molly era amable así que tal vez podíamos hacer más cambios.
—¡Pero crearon Chaldea!—
—No me convence. Maldición, tengo tantas preguntas pero no tenemos tiempo para resolverlas —Comentaba mientras ponía su mano en un lado de su rostro.
—¿Quién dice maldición para quejarse? —Lo guardé en mis pensamientos aunque en el fondo sabía el por qué.
—Bien. ¿Qué quieres saber del futuro? Solo responderé una pregunta—
—¿Solo una? Que mala eres. Está bien, ¿cómo están los Matou? No seas vaga —Comentaba con un rostro de sorpresa al abrir los ojos antes de poner una de sus manos en su cintura.
—Ya no existen —Se limitó a decir mientras miraba el mapa.
Rin iba a hablar más pero su boca no articuló más, confundida miré a la directora quien tenía la mirada perdida y entonces unas palabras se manifestaban de la nada en mi mente, me tomó un tiempo procesar que era el enlace mental de Master y Servant, la voz de mi familiar se escuchaba entrecortada como sí hiciera gran esfuerzo, poco a poco su habla se hacía más claro y cuando terminé de entender mis piernas temblaron de miedo. Aun bajo sustos me tiré encima de Yukicchi para caer en el suelo, fue un lapso corto de tiempo, segundos o menos pero fue suficiente para que en un abrir y cerrar los ojos una figura robusta atravesara la pared sin problemas, su arma la cual fue responsable estaba encima de nosotras, no se demoró en darse cuenta de nuestra posición y apretando con fuerzas su garrote lo dejó caer en picada, intenté moverme mientras los gritos de Yukicchi llenos de horror se creaban.
-¡Shielder va en camino a salvarlas!-Gritó la directora
-¡Lancer no dejes que mueran!-Rin también gritaba al mismo tiempo que Olga con toda la intensidad del mundo.
-Master. No te preocupes, no te sientas mal, mejor enfócate en sobrevivir conmigo a tu lado-Me comunicaba una voz conocida dentro de mi mente a la par que me desconectaba de la realidad a la vez que no podía reconocer bien el entorno.
—¿Shieldier? —Fue lo último que me pregunté antes de sentir como mi cuerpo sufrió por el impacto.
De un momento a otro veía mi vida pasar en mis ojos en cámara rápida, a pesar de todo no era detallado podía entender cada escenario desde mi niñez donde aún no comprendía porque mis padres no me permitían pasar mucho tiempo con personas no mágicas, recordé que un día tuve que abandonar a una muy buena amiga por todo ese tema cuando ella me necesitaba, nunca olvidé sus palabras de decepción hacia mi por no salvarla. Sin embargo, no todas mis memorias eran amargas por ser una maga, mi familia no era la peor, tenía mis buenos momentos después de todo como alguno de mis cumpleaños donde me dejaban ser más egoísta. Entonces seguí viajando en mi pasado, imágenes de tanto buenos momentos como pésimos dominaban desde mis primero recuerdos borrosos a aquellos con familia, amigos y enemigos, poco a poco me acercaba al presente, no tardé en llegar a mis charlas con Mash antes de la explosión y entre todas las cosas que me decía la que era más clara fue que soy la persona más humana que había conocido, me parecía gracioso porque muchas veces quería tener una vida más humana donde no tuviera que cargar con las responsabilidades de ser una magus, simplemente ser feliz como una estudiante, nunca pensé que desearía tanto estudiar y estar en club escolares en vez de divertirme con otras cosas aunque cualquier cosa es mejor que estar en Fuyuki. El cambio de videos no paraban por un tiempo, solo se congeló en la parte donde tiré a Yukicchi, no había más imágenes luego de aquello.