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Chapter 4 - Hollow-Vacio

 Cometí muchos errores por estar al borde de la muerte, creo que me era imposible reaccionar de otra manera. Pero aun así me sentía frustrada porque seguiría viva sí hubiera pensado mejor mis movimientos y tal vez así dejaría de ser una carga porque recordé los consejos que recibí de un mago sobre cómo podía aprovechar mi motor mágico sin destruirlo mi cuerpo al sobrecargar los circuitos mágicos, él me dejaba claro que cada cuerpo era poseía motores de diferente potencia por lo que cada vez que se forzaba tarde o temprano se quemaría, en vez aumentar mi velocidad lo mejor era crear aceleraciones continuas y dejar que el impulso hiciera el resto, mantener constancia entre los cambios de velocidades para optimizar mejor mi uso de energía, me decía que para evitar volcarme cuando cambiaba de dirección simplemente debía expulsar mi energía en forma de hechizos a partir de mis manos y/o pies como sí fueran propulsores. Era algo complicado, nunca lo dominé, pero sí aprendí a aplicarlo como un intento de demostrarle a mis padres que podía mejorar el estatus de la familia por mi cuenta aunque por todas las cosas que me han pasado lo olvidé, soy estúpida.

 

 La oscuridad que presenciaba de la nada se iluminó, el vació donde estaba fue reemplazado por una enorme aula llena de varios estudiantes, reconocía el lugar porque no era la primera vez que pasaba por aquí, mis ojos no podían ver los rostros de las personas a excepción de uno y esa cara le pertenecía a una de mis amigas de secundaria. Su pelo negro bien cuidado sin señal de estar grasoso ni bajo caspa, llamaba la atención por estar rizado, aunque todas las estudiantes de nuestra clase creíamos que no era natural, sus ojos ámbar me observaban con una sonrisa mientras se acercaba a mi, las demás se retiraban del salón bajo la hora del almuerzo, intenté retroceder aun cuando ya me había dado cuenta de que me encontraba sentada así que caí hacía atrás.

 

 —¿Estás bien? —Me ayudaba a levantarme al ofrecerme su mano con un rostro preocupado.

 —Sí, estoy bien. Solo mis pensamientos estaban nadando contracorriente con los peces Koi, lo siento —Traté de excusarme para no sentirme tan humillada mientras evitaba su mirada.

 —Eres tan graciosa Fujimaru-chan —Decía riendo con su voz mas femenina y extrovertida que yo conocía —¿Cómo haces que me preocupé y de la nada me haces reír? —Mostraba una sonrisa —Solo por eso, te perdonaré por abandonarme estos días—

 —No te abandoné. Sabes que estoy ocupada Hikari—

 —Últimamente me llamas por mi nombre, ¿hay alguna razón para eso?—

 —¡Ninguna!, somos amigas cercanas así que es normal—

 —Te comportas tan diferente cuando hablas conmigo, eres súper proactiva y lideras a los demás pero conmigo siempre te pones nerviosa, ¿me ocultas algo?—

 —Hikari, lo siento, pero no puedo acompañarte hoy tampoco, pero te prometo que mañana saldremos—

 —Así me gusta, esa es la Fujimaru que me gusta —Me comentaba antes de irse.

 —Espera. ¿Qué hago aquí? Piensa Ritsuka, no te dejes llevar otra vez-Pensé mientras me rasque la cabeza por unos segundos —Se supone que estaba muriendo, ¿estoy soñando? —Terminé de pensar previo a pellizcarme —¡Auch! Duele. ¿Eh? Sigo aquí, supongo que eso de los pellizcos para despertar es mas un dicho?—

 Harta de toda esta serie de sucesos salí en busca de respuestas, pero cuando me adentraba al pasillo volvía al salón, era algo que se repetía una y otra vez, en la segunda me fui como una bala, pero no sirvió, en la tercera escuché la voz de mi sirviente, ella daba comentarios sobre que no debía sentirme mal porque no era inútil y algo sobre sobrevivir juntos, pero en vez de animarme logró el efecto contrario, entonces me caí por no prestar atención al pisar mal. Lo peor de todo fue cuando me levanté volví al salón sin ninguna explicación, aunque sentía como si algo hubiera impactado en mi, entonces fui por un cuarto intento donde al final del pasillo se presentaba una película con todas mis memorias en cámara rápida, extrañada mi cuerpo se congeló hasta que la sucesión de videos terminó dejando un vació ajeno a señales de una salida y mas porque me costaba seguir el mismo ritmo por el daño que causé a mis piernas.

 

 —¡Eh!, no creo ser la mejor para ti y —Escuché palabras interrumpidas sin poder reconocer quien era —¡Perdón!—

 —¿Qué está pasando? —Pregunté abiertamente antes de sentir como algo me lanzó.

 —¡Tonta! ¡Ya despierta!, no puedo creer que no te des cuenta que nos siguen —Me regañaba la voz de Makidera —Y no me pidas explicaciones, no entiendo la explicación de Himuro sobre disociar o como se diga, ¡solo huyamos! —Explicaba mientras me jalaba el brazo.

 —¿Qué significa disociar? —Me quedaba con la duda en la menta a la par que seguía el ritmo de Makidera tras escuchar metales golpearse.

—No se que imaginas pero Medusa y Heracles nos siguen así que mas te vale protegerme si nos alcanza, ¡tú eres la experta en Servants!—

Y así volvíamos a repetir el recorrido del pasillo infinito, éramos las únicas señales de vida afortunadamente, aunque como siempre terminábamos en la misma aula, sin embargo, esta vez presentó cambios con la presencia de Yukicchi quien sollozaba, previo a procesar mis ideas ya la estaba abrazando como sí fuera en modo automático. Me quedé en esa posición a pesar de que Makidera nos gritaba para irnos, la presión de ella no cesó hasta que nos separó a la fuerza para discutir con nosotras, sus quejas seguían y seguían a tal punto que nos dejó estancadas en el mismo lugar, algo que solo sufrió alteraciones luego de un rugido fuera notado en nuestras cercanías por lo que ya calladas nos fuimos corriendo al pasillo sin dar mas conflictos para asegurar nuestra supervivencia.

El recorrido sin conclusión se mantenía igual, veía como supuestamente nos acercábamos a una luz aunque siempre veíamos las mismas entradas para los salones de siempre, situación que empeoró cuando unas pesadas pisadas se pronunciaban con mas intensidad a diferencia de las mías que era menos fuertes cuando el dolor se hacía mas fuerte. Ante tal escenario me sugería a usar el último hechizo de comando que me quedaba para lograr lo imposible una última vez, comencé a concentrar mi mana en mi mano hasta que Makidera me gritó que no lo hiciera, por las prisas no podía mencionar bien las cosas y se limitaba a soltar palabras claves que intuí que hablaban sobre esperar a Tohsaka y a Olga, no respondí por estar huyendo pero mi cerebro mas o menos lo entendía para hacerme recordar que había prestado a mi sirviente, asentí y acepté.

La persecución de nuestro atacante se interrumpió por la intervención de un hombre de ojos rojizos vestido de una pieza totalmente azulada, surgió abruptamente sin dirigirnos la palabra al centrase en atacar con una extraña lanza roja a la imponente figura del perseguidor que no logré reconocerlo por dar un único vistazo rápido mientras que mis compañeras sí continuaban corriendo, aun así no demoré en seguirles el paso porque cargué mi energía mágica mis piernas para un único impulso de velocidad de la suficiente magnitud para estar a la par de ellas sin la necesidad de quemar mi motor, mis piernas por un paso en falso casi me tiraban por el cambio brusco antinatural no continuo. Aprendí todo tipo de palabras por intentar dominar esto, lastima que no tengo los suficientes circuitos para escapar sin romperme las rodillas

—Master, no puedo explicarte todos los detalles ahora, pero la directora Olga me invoco usado un sello de comando para salvarte. Estoy enfrentándome a Medusa mientras el Servant de Tohsaka está contra Heracles, por favor cuida a Saegusa y Makidera —Me informaba de la nada y a la vez que peleaba, sus palabras no eran del todo claras.

—¿Shieldier? ¿Estas ahí? Mierda. Ya me estoy cansado de huir-Inicié a insultar en mis pensamientos cuando dejó de responderme.

 —Pero ellas me necesitan. Recuerda lo que te dijo Hikari, eres buena liderando —Me intentaba convencer-¡Chicas! Escóndanse —Fue lo único con valor que se me ocurrió.

—¿Qué vas a hacer? Gudako —Cuestionó Yukicchi bajo una voz preocupada por mi bienestar o eso era lo que creía por lo poco que sé de ella.

—Gastar correctamente mi último sello de comando —Lo declaré de tal forma para parecer genial ante ellas —Que infantil soy —Me decía a mi misma en murmullos con una gran sonrisa porque así debería ser la mayor parte del tiempo.

 —Master, no te culpes. Por favor relájate, no necesitas sobreexigirte  estamos en prefectura de Fuyuki, es Japón, parece que estamos en la quinta Guerra del Santo Grial —Me mencionaba datos hasta que la comunicación fue interrumpida tras oír como él jadeo de dolor abruptamente.

Preocupada por la seguridad de mi sirviente, redirigí el mana de mis canales de mi circuito a mis piernas sin prestar atención a las palabras de Makidera hacia a mi, poco a poco cerré mis canales a medida que mi energía mágica de la parte superior de cuerpo bajaba y comencé a correr, mis pasos se envolvían en magia la cual era expulsada cuando mis pies no tocaban al suelo, cada paso creaba un pequeño impulso que lograba aumentar mi rapidez y cuando llegaba a cierto puerto la aceleración era mayor, un ciclo que se repetía constantemente en un recta uniforme acelerada, en poco tiempo me encontré con aquellos hombres peleando a muerte. Pero antes de llegar miré como a uno de los costados del pasillo Hikari siempre aparecía para mirarme con un rostro de decepción y creo que noté lágrimas aunque no estaba segura porque nunca paré de correr.

  —Siempre me dejas sola. Me prometiste que íbamos a salir —Declaraba con pausas cada vez que la encontraba en mi recorrido.

 —No es mi culpa, ser una maga es complicado. Pero nunca dejaré de sentirme culpable —Me decía en mi interior al escucharla —Quiero rendirme, tengo miedo. ¿Por qué me tengo que encargar de esto? Soy una adolescente por Dios —Pensé en mis quejas al irritarme por escuchar las mismas palabras de Hikari—

 —¡Te odio Ritsuka! —Exclamó con cada vez mas intensidad por cada encuentro.

 —Tengo miedo Hikari, no quiero morir —Repetí la misma respuesta a mi corazón —Pero tampoco quiero que las demás mueran como Mash —Me convencía al no reducir mis impulsos —Romani ni mis padres no están para protegerme, nadie me salvará sí no hago nada—

 Antes de estar frente a frente con ellos. Recordé el día donde en la escuela nos preguntaba que queríamos ser de adultos, no recordaba bien los sueños de los demás, pero el que tenía era encontrar un trabajo donde fuera capaz de animar y unir a las personas. Se suponía que Chaldea era eso, aunque nunca esperé que iba vivir un infierno, me preguntó que habría pasado sí hubiera muerto en la explosión, la única razón por la que no bajaba el paso era porque siempre pensaba en Mash, no me rendí cuando no la salvé así que por qué lo haría cuando sí puedo ayudar a las demás esta vez. Y así las palabras de ella fueron reemplazadas por mis propias de aliento, "esfuérzate Gudako" me decía una y otra vez hasta que dejé de pensar en Hikari, cada gambare eras mas poderoso que el anterior, esa palabra de animo que me esforzará era suficiente para mantener el ritmo, tú puedes Gudako.

 "Eres la persona mas humana que conozco Master", mi Servant me lo comentó en un segundo de comunicación que se esfumó antes de poder responder, me olvidé que nuestras mentes están conectadas y aun no sabía como cerrar y abrir los canales de comunicación. Entonces sentí como mi cuerpo impactó con algo o alguien, mi peso no derribó al enemigo, aunque sí perdió el equilibrio, no entendí del todo que pasaba por que el impacto me hizo caer y mis huesos me dolían, sin embargo, sí observé con claridad cuando el hombre de vestir azul aprovechó para atravesar su corazón con su lanza larga y roja en un instante, la figura gigante cayó hacia atrás o eso pensé al escuchar como algo pesado cayó. Lancer me ayudó a levantarme, sin poder hablarle él me ponía detrás suyo mientras por fin pude conocer el aspecto de quien suponía era Heracles, un gigante y robusto, era la primera vez que veía a un hombre con tantos músculos, su piel era extrañamente oscura y tenía un garrote colosal oscuro.

 —Buen trabajo niña. Pero Berserker tiene más vidas, quédate atrás —Me felicitaba y aclaraba a la vez que Heracles se levantaba al mismo tiempo que su herida se cerraba-Huye, me encargaré de cada una de ellas-Mostraba confianza en sus palabras con una sonrisa arrogante al verme por unos segundos previo a pelear.

 —¿Ayudé? Sí, pero me siento peor-Confesé internamente —No entiendo nada —Seguía con el tema mientras observaba como Berserker no dejaba que el lancero entrará a su área por el largo alcancé de los ataques de su garrote —Se que ayudé, pero no es suficiente, creí que me iba a sentir mejor sí hacía algo —Pensé mientras me alejaba de ellos con un vacío mas grande.

 —¿Pero qué haces? Sí vas a ese ritmo no podré protegerte otra vez. Joder, no quiero sonar como Archer pero sí quieres ser útil vete a esconder mientras dejas que me encargue del asunto —Se quejaba como si fuera algo que le lastimara el orgullo, no lo decía todo seguido y no lograba escuchar mas palabras porque me alejaba.

 —¡Idiota! ¡Ya se que soy no sirvo! —Me gritaba en mi mente para evitar la atención a la vez que empecé a cargar energía en mi escape.

 

 El mismo pasillo infinito se repetía otra vez, cada paso dolía, mis pensamientos me aseguraban que mis piernas iban a romperse por nunca descansar y aun así insistía en continuar por mis sentimientos nada saludables. Lo peor de todo es que Hikari repetía su presencia en cada aula aunque ahora era con el distintivo de mover su cabeza a izquierda en una negación sin fin ni dialogo, creí que sí vencía a uno de nuestros enemigos ella dejaría de ser tan mala conmigo al demostrarle que no era un fracaso, estaba equivocada, me sentía tan culpable de no estar a la altura que empecé a ver a Mash en lugar de ella con el mismo movimiento de cabeza, la poca cordura que me quedaba se destrozaba poco a poco y era tan así que ya me daba igual el incremento de temperatura, me rendí en intentar reconocer que es real y que no lo es y simplemente tropecé, de un momento a otro me encontraba en el suelo sin motivos para recuperarme, solo me quede ahí mientras no podía respirar bien.

 

 Quería llorar, lo intenté sin poder lograrlo porque me ahogaba mientras mi cuerpo ardía por todos lados a la par que sudaba tanto que parecía que me derretía, perdía fuerzas bajo una creciente ausencia de luz, mi mente no me permitía ver con claridad al estar debajo de otra oscuridad total. ¿Ese era mi final? Era imposible otro resultado, era un milagro que haya sobrevivido a tanas muertes y la verdad no deseaba volver a tener otra oportunidad porque cada intento era doloroso, sin embargo no dejaban decidir porque me desperté en un salón de clases, me senté sin hacer otra cosa al notar como esta en una caja, cerré los ojos esperando que todo esto termine a pesar de que sentía como recibía mas oxígeno, ya frustrada abrí y me encontré con Yukicchi y Makidera.

 

 —No es la primera vez que me encierran en una caja para respirar—

 —¿De qué hablas Gudako? Me estas asustando —Retrocedía mientras expresaba.

 —No es nada. Solo estoy cansada, todo esto es complicado —Confesé sin de energía y evitando sus miradas.

 —Eso lo entiendo pero no tienes que hacer chistes tan raros, no es divertido—

 —No fue un chiste. Cuando nací no pude respirar bien, me pusieron en una caja especial para desarrollar bien mis pulmones—

 —¡Gudako! ¡No estas en una puta caja!, deja de asustar a Yukicchi, ella se preocupa por ti y tu solo juegas con una caja que no existe —Ella reclamaba posterior a tomar mis hombros para sacudir mi cuerpo con furia.

 —¿Qué haces? Ella no tiene la culpa aunque me incomode, recuerda lo que nos dijo Himuro —Le decía a Makidera con miedo.

 —¡No se que es disociar!. Gudako, deja de imaginar cosas, no estas pusimos de escombros para esconderte, se que no es la mejor idea pero no somos tan rápidas que tu para llevarte a todos lados —Expresó sin calmar su tono de voz

 —¡No se que pasa! ¡Tengo miedo! —Lloraba —Quería que me admiraran —Pensé sin dejar de llorar.

 —Mira, todas estamos agotadas, ninguna cree que vamos a sobrevivir pero eso no es una buena excusa, sí te mueres será tu culpa por no esforzarte lo suficiente —Cambiaba su tono de voz y soltaba mis hombros fespués de una pausa que sentí eterna.

 —¡No le digas eso! ¡Eres cruel! —Decía casi llorando.

 —Esfuérzate Gudako. Tu eres una maga de verdad, puedes hacer mas cosas que Yukicchi y yo aunque odie admitirlo así que no tienes excusa para rendirte mientras nosotras hacemos lo imposible para vivir—

—¿Qué debería hacer? —Simplemente pregunté aun llorando al mirarle el rostro.

 —Pelear con nosotras —Declaraba con firmeza Yukicchi por lo no dudé en mirarla.

 —Y además tengo a Lancer, te lo expliqué aunque no me escuchaste. Tohsaka lo perdió así que hice un contrato con él para protegernos, pero como dije antes aunque odie decirlo tu eres la experta en Servants, no yo—

 —Pero si fue él quien te ofreció el contrato de dañar a Heracles mientras huíamos—

 —¿Qué habilidades tiene Lancer? —Preguntaba para armar una estrategia a la vez que Yukicchi me soltaba.

 —No se si realmente mataron a Heracles pero puede potenciarse, está gastando toda su mana para que sus ataques mas fuertes lo dañen. Lo vi cuando usó su ataque especial para salvar a Yukicchi y a ti—

  —¿Te refieres a un Noble Phantasm? Pero es un ataque definitivo de poco uso—

 —No se como es eso con los demás, pero él puede abusar del suyo y mas con el uso de su magia especial de runas o no se bien que es, no me lo ha explicado bien por la situación, solo sé que puede hacerlo mas fuerte—

 —¿Cuál es? —Volví a preguntar al solo mirarla fijamente.

 —Creo que es algo de atravesar su corazón con la lanza aunque me dijo que tenía otro pero no hemos hablado mucho por todo esto, a veces me suelta cosas por telepatía—

 

 Me quedé paralizada ante tales palabras, pensé en comentar mil cosas pero nunca dejé de llorar, mi cara parecía un rio por tantas lagrimas que expulsaba y el moco que empezaba a producir, me daba vergüenza ser vista en ese estado pero no fue un sentimiento que duró mucho porque sin previo aviso los brazos de Yukicchi envolvían mi torso, creo que ella me decía cosas para animarme pero me perdí en mi pensamientos y lo único que le reconocí fue que es normal que me comparte así porque soy humana. Volví a pensar en Mash, sus palabras sin sentido de que era la persona mas humana que conoció ya no me parecían tan raras, sí es así supongo que no debía sentirme culpable por nada, ellas no saben quien es Mash ni Romani, tampoco Hikari y mucho menos la ayudante de Olga. No me había dado cuenta que recordaba a la asistente, la culpa otra vez quería regresar pero el abrazo se hacía mas fuerte y me traía a la realidad.

 

 —¿Cuál es el plan? —Pregunté con un llanto menos intenso para buscar esperanza.

 —Tohsaka nos dio joyas mágicas, no entiendo como funcionan pero hay mucho mana en ellas y puede explotar aunque no creo que puedan matar a Heracles—

 —¿Heracles? Pero el tipo de la lanza dijo que se llama Berserker, no, esa es la clase de Servant —Iniciaba a recordar todas las clases cuando mis lágrimas eran sollozos —Saber, Lancer, Archer, Caster, Rider, Berserker y assassi-Decía bajo mis pensamientos.

 —Yo tampoco lo reconocí con ese nombre, pero él es Hércules, un semidiós o algo así, no me interesan mucho otras mitologías—

 —¿Pero ese es el nombre romano?, enfrentamos a uno de los hijos de Zeus, no creo que podamos ganarle —Reconocí con miedo así cortando mis lágrimas abruptamente.

 —No se mucho como funciona como Servant Berserker, pero Lancer me dijo que su habilidad especial es tener muchas vidas pero también Shieldier no le hacía nada de daño así que no se sí sea otra habilidad-

 —Pero cuando me fui ayudé a Lancer a matarlo una vez o dañarlo como mínimo—

—Creo que Lancer usó su ataque especial tres veces pero no me ha dicho más por pelear—

 —¡Eh! ¡No puede ser! Eres genial Gudako, contigo podemos ganar —Yukicchi mostraba su asombro al soltarme y abrir tanto los ojos y boca.

 —No hice nada, fue Lancer que se encargó de todo —Sonreí —Pero sí usamos todas las joyas junto a mi magia quizás podemos ganar tiempo para que Lancer lo mate otra vez pero es muy arriesgado —No mentía aunque alimentaba mis inseguridades —Y mas porque solo podríamos matarlo una segunda vez y no sabemos cuantas vidas tiene—

 —No te preocupes por eso, desde que todo este infierno comenzó entrené para ser una lanzadora profesional de joyas, ponme en cualquier distancia y acertaré en cualquier objetivo —Declaró con orgullo mientras doblaba su codo para tomar ese brazo con la otra mano.

 —Pero aun así es peligroso, no vale la pena arriesgarse tanto —Mencioné resignada.

 —¿Cómo lo venciste? —Bajaba ambos brazos.

 —Fui a gran velocidad y tropecé con él, el impacto le quitó el equilibrio y el lancero lo remató —Admití con un sonrojo como muestra de mi vergüenza.

 —Esperaba algo mas espectacular pero  funciona, haz lo mismo para que tenga el tiempo de lanzarle todas las joyas en su mano, sí no hace explotar la mano al menos soltará el garrote para que nuestro aliado lo mate—

 —Maki-chan, no es por ofenderte pero nunca pensé que harías un plan tan bueno, eres genial—

 —Gracias. Espera, ¿eso fue un insulto o un cumplido?—

 

 Me levanté riendo, no estaba segura de ese plan pero no quedaban mas opciones así que lo acepté, desconocía cuanto tiempo había pasado por estar inconsciente muchas veces y aun así me sentía un poco segura por esas dos, me limpié las lágrimas y mocos con mi camisa negra para luego correr con ellas hacia donde creíamos estaba nuestro enemigo. En el fondo me moría de miedo, mi voz mental me exigía que no siguiera, era intensa aunque la podía ignorar un poco por la presencia de mis nuevas amigas, no las conozco pero quiero verlas así y sé que no me equivocó esta vez, con una sonrisa falsa para no preocuparlas tomé la delantera mientras seguía las direcciones de Makidera a la par que el pasillo perdía forma al ser desplazado por las llamas.

 

 Nuestras pisadas bruscas nunca cesaban aun cuando escuchamos el rugido débil de Berserker, lo tomé como una señal de nos acercábamos por lo que nos dirigíamos al origen del sonido mientras veíamos como las llamas se movían de un lado a otro en el mismo sitio, sin embargo cada cierto avance algunas de estas se expandían para cubrir mas terreno, sin dudar tomé una mano de cada una para impulsarme sin dejarlas atrás ante el intenso calor que nos abrazaban, daba pequeños impulsos para llevarles en un buen ritmo y con inexistentes disminuciones porque lo que menos quería era que sufriéramos mucha deshidratación, solo no desistíamos porque los rugidos de Heracles eran cada vez mas claros y aun más cuando los sonidos de metales golpearse resonaban, entonces gritábamos para forzarnos a no tomar otras rutas.

 

 El incendio se expandía sin señales de detenerse, era una imagen que sobreponía totalmente sobre mi escuela hasta ser el único escenario hasta de un momento a otro presenciábamos a la figura de Lancer siendo acorralado por el enemigo, el garrote bloqueaba y alejaba la lanza sin problemas, nuestro aliado solo podía retroceder por cada golpe contrario sin aperturas para recuperarse, veíamos preocupadas la escena porque nos asustó mas al presenciar como uno de los ataques del gigante hacía que él pierda el control de una mano sobre la lanza limitándolo al maniobrar con una sola pero por el largo del arma era imposible por lo que el peso ayudó a cayera de espaldas, la bestia no tardó en ir contra él para alzar y dejar caer su ama hacia la cabeza. A pesar de ello no fue el final porque cuando el arma fracturó el piso nuestro compañero lancero estaba a lado de él, suponía que fue un sello de comando pero no podía confirmar nada por no poder comunicarme con Shieldier.

 

 —Heracles es una bestia, aún me cuesta creer que existan hombres así en la vida real —Comentó Makidera en sorpresa ante el combate de Servants a la par que retrocedía poco.

 —No quiero ser pesimista, pero si el plan falla que deberíamos hacer, no creo que tengamos muchas rutas de escape, el incendio no para —Decía Yukicchi con un cuerpo que constantemente temblaba de miedo.

 —Ya estamos aquí. Lancer es el único que nos puede cuidar en este momento y no sabemos cuántos Servants enemigos tenemos, no quiero que por su muerte no podamos sobrevivir —Decía en seco intentando no mostrar mi miedo y mis ganas de abandonar el plan —Makidera tu me dijiste que no tenía excusa para rendirme, tienes razón, sé que esto no es la escuela pero sí siempre nos esforzamos para no tener malos resultados entonces creo que debemos seguir abrazando nuestra cultura del esfuerzo —Mencionaba sin emoción cuando noté la desconfianza de ellas —Siento que no es mi mejor discurso, pero oigan, nos tenemos así que también nos podemos cuidar de vez en cuando sin depender de Servants o lo que sea —Terminé de hablar con un tono mas optimista al comentar algo que creía genuinamente con una sonrisa honesta al ver como se acercaban a mi.

 —Si todo sale mal no dudaré en usar un sello de comando, tengo de sobra —Makidera declaró sus intenciones mientras con otra sonrisa —Tohsaka usó todos los suyos para matarlo, creo que pensaré en qué Lancer saque su ataque mas poderoso—

 —Lo entiendo. Lo único seguro es que sí no lo lastimamos al menos podemos derribarlo para huir—

 

 Mis amigas y yo nos cruzábamos las miradas para confirmar el plan al asentir cada una, sin mas retrasos corrí bajo uso de mana, para ganar aceleración empecé a dar vueltas por la zona para no estar cerca del fuego donde las hacía al recitar un conjuro que lograba expulsar ráfagas de aire de mis manos con las cuales al mover mis brazos cambiaba la dirección de mis trayectorias, las ráfagas de mis manos me ayudaban a dar giros que mis pies volaban siempre y cuando usara una para la nueva dirección y la otra con menor fuerza para mantener el equilibrio o evitar salir disparada sin poder frenar. Así permanecí un por un tiempo hasta que sentí que había logrando una velocidad similar a la que usé para derrumbarlo, no tardé en ir contra el Servant enemigo en una sola recta a sus espaldas quien seguía golpeando a la lanza, esta vez por ser hacer un ataque voluntario me concentré en impactar en una de sus piernas, el choque nos tumbó a los dos.

 

 No esperaba eso, me costó levantarme por el dolor del golpe y cuando lo logré miré como la lanza atravesaba el corazón como siempre, aun impactada no me quedé observando y simplemente fui corriendo con los mismos impulsos al tomar el garrote pero era demasiado pesado así que solo pude arrastrarlo por el mana en vez de mi fuerza natural, no sabía que pasaba atrás de mi aunque me hacía idea con el rugido de Berserker, por un momento pensé que teníamos la ventaja, sin embargo por un instante miré como nuestro aliado pasó a lado de mi volando, no, eso no era así, mas bien salió disparado e impacto en los escombros de una construcción cerca de llamas que se propagaban, solté el garrote para enfocarme en acelerar sin tener claro a donde debía ir, pensé que quizás eso había pensado mi primer impacto al ser general apenas le afectó mientras este segundo cargué toda el poder en un solo por lo que tal vez el daño sumó mas al estar en único punto, pero eso no importaba porque no fue suficiente para romperle la pierna.

 

 Por un momento consideré usar mi último sello de comando para traer a Shieldier, pensamiento que no se volvió realidad por la interrupción de las llamas que comenzaban a bloquear mis rutas de escape, volteé a ver sí mis amigas ya se habían retirado pero en un vistazo rápido noté sus figuras borrosas y a Heracles persiguiéndome, por puro instinto moví mis manos  y de la nada estaba volando, estar en el cielo daba un sentimiento de liberación, me desconecté de la realidad una última vez y sonreí, agaché la mirada para ver como inconscientemente había realizado un hecho de viento contra el suelo para impulsarme arriba, no deseaba bajar porque quería seguir escalando para tocar las nubes pero sabía que tenía que cuidar a mis amigas por cuidarme hasta ahora. Sin previo aviso el monstruo está el aire, su garrote iba hacia mi y nuevamente por instinto alzaba una de mis manos para impulsar una ráfaga a un costado, la propulsión me alejó de él quien empezó a entrar a una caída libre, no me quise arriesgar a no matarlo por impactar sobre él así que moví mis brazos sin dejar de conjurar hechizos para poder bajar de una forma segura.

 

 Me sentía una pluma al caer poco a poco, mis pies no demoraban en tocar el piso aunque escuché la caída del enemigo antes, cerré los ojos para esperar su grito y no confiarme y en efecto él grito pero esta vez fue el más intenso tanto que lastimaba un poco los oídos, abrí los ojos con miedo y con confianza a la vez, me puse en marcha a él para acumular velocidad, cuando nos encontramos parecía intacto con la misma energía brutal al querer aplastarme con el garrote que apenas podía esquivar, solo me centré en esquivarlo siempre buscando acercarme a las chicas para retomar el plan, retrocedía hasta que no era suficiente y en vez de caerme como Lancer usé el mismo hechizo para impulsarme a atrás al y mantenerme en pie en uno con menor intensidad al suelo una vez ya alejada.

 

 El enemigo fue en contra de mi otra vez, sin embargo una explosión surgió en su mano que no la partió pero sí hacía que soltara el arma aunque seguía corriendo, entonces tomé un escombro e intenté depositarle mana, la concentración no era la mejor porque el objeto empezaba a quebrarse a tal punto que me hacía daño por quedar puntiagudo, la lancé con un pésimo tiro que entró a la boca de la bestia únicamente por potenciar mi brazo con magia y porque él no dejaba de rugir, mi arma no se podía sostener y explotó dentro de él. Miré como su cuerpo se desplomo por unos cuantos centímetros de distancia a mi, inalada y exhalaba intensamente mientras revisa mi mano sangrando por el escombro, seguí con esa respiración hasta que escuché los gruñidos de Berserker.

 

 —¡Toma eso! ¡Nadie puede contra el poderoso e increíble tiro de Makidera! —Gritaba con orgullo en su acercamiento con Yukicchi.

 —Ten cuidado, necesitas cuidar tu brazo —Logré escucharla cuando estaban mas cerca de mi —No te esfuerces mas, por favor—

 —¡Váyanse! ¡Aún no está muerto! —Solo podía exclamar aquello antes de que él me interrumpiera al levantarse sin signos de daño.

 —¡Mierda! Rompí mi brazo para nada —Decía mientras se volteó para irse mientras Heracles volteó hacia ellas.

 

 Asustada reuní mucho mana en mi mano con intención de matarlo, sabía que me iba a explotar el brazo sí no dejaba de acumular pero no quería perder a nadie mas, me lancé contra él preparando lanzar el golpe, sin embargo presencié sorprendida que él apenas podía caminar y mas cuando Yukicchi se puso frente a él, no sabía que hacía pero de un momento a otro observé una pequeña explosión, una cortina de humos nos envolvían  y aproveché para escapar, Heracles retrocedió para dar la vuelta sin tener claro por qué, entonces mis ojos lo entendían todo al notar un brillo similar al que surgía de mi sellos entre el humo, Lancer surgió de la nada en el cielo con lanza mano para lanzarla hacia él, le atravesó el corazón y le explotó, fui corriendo a comprobar el estado de mis amigas.

 

 —¡Makidera! ¡Gracias por salvarnos! —Yukicchi agradeció llorando cuando me acercaba a ellas.

 —¿Qué fue todo eso? —Pregunté incrédula de nuestra hazaña.

 —No todo lo que le hiciste, pero me rompí el brazo por sobrecargar mis circuitos mágicos cuando lancé las joyas, estabas lejos así que me diste muchas opciones, quizás fueron meteos. Aunque eso no se compara con matarlo de un ataque —Comentó al mirar a Lancer.

 —Después de tu tiro intenté crear mis joyas mágicas con un escombro pero no es mi fuerte, no se como logré que no explotará en mi mano, tuve suerte en que eso pasara en su boca—

 —Creo que eso lo explica todo —Respondía llorando Yukicchi quien aun sin calmarse todo empezaba a explicar —No sabía si el plan iba a funcionar así que me quedé con unas pocas joyas para usarlas como distracción para escapar—

 —Makidera usó un sello de comando para traer a Lancer —Declaraba a la vez que miraba como Makidera analizaba a Heracles.

 —¡No hay rastros del cuerpo! —Informó en espera de mi respuesta.

 —¿Pero sólo lanzó la lanza? ¿Tanto daño causó la explosión?—

 —Sí, pero utilicé tres sellos de comando, uno para traerlo, otro para asegurar su ataque especial y el último para potenciarlo—

 —¿Entonces cómo lo mató las otras veces?—

 —Fácil, usé mi magia de runas para potenciar mi ataque especial y abusé de él para herirlo hasta matarlo, cada Servant tiene un ataque así, pero quemé todo mi mana, no creo poder estar con ustedes por mas de unas horas, no me molesta porque gracias a ustedes tuve un gran combate —Explicaba mientras cojeaba al caminar hacia nosotras.

 —¿Es enserio? No puedo creer que tus últimas palabras sean así —Reclamó su Master —Mírate, no puedes caminar bien, ese golpe que te dio sí te dejo al borde de la muerte—

 —Lo siento Master, pero soy un guerrero de una época antigua así que no puedes esperar otra reacción —Decía mientras cerraba un único ojo bajo una sonrisa engreída —Descansen, usaré el tiempo que me queda para cuidarlas, después de esto no me pueda molestar ser niñero —Reía cuando terminó de declarar-Si fuera una persona normal no podría moverme, casi me rompo el cráneo—

 —Gracias, se que no nos conocemos de nada pero gracias, espero poder invocarte algún día —Le comenté alegre y triste por sentirme protegida y culpable a la vez al salvarnos y por morir por ello —Investigaré todo sobre ti para ser tu mejor Master—

 —¿Quién sabe? Mientras haya un Santo Grial cualquier cosa es posible, solo no me invoques como Caster —Declaró mientras nos daba espacio —No te preocupes por mi, ustedes hicieron un gran trabajo—

 —Gracias Lancer, me lastimé un poco las piernas para llevar lejos a Maki-chan durante tu ataque, no estaba segura sí podía descansar —Confesaba Yukicchi relajada y feliz por sobrevivir.

 Pero nuestro momento de paz fue interrumpido por la aparición de Medusa quien montada en su pegaso se dirigió a nuestra posición para jalar del brazo a Lancer, la imagen no fue muy clara pero se lo llevaba lejos de nosotras. Él nos ayudó, no podía abandonarlo así que pensaba en rescatarlo.