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—Arranqué la puerta, pero no pude entrar.
—Mi corazón martilleaba en mi pecho y sentía que iba a desmayarme.
—¿Era realmente Stella? ¿Realmente recuperé una pequeña parte de mi hermana?
—Sabía que era ella. Acababa de hablarle. Ella me dijo que realmente era ella, pero aún así me costaba tanto creerlo.
—No podía entrar y darme cuenta de que estaba equivocado. Simplemente no podía.
—Así que dejé que todos entraran y yo me quedé fuera, intentando recuperar el aliento. No podía ver qué estaba pasando adentro, pero podía oírlos a todos sollozando.
—«Oh, mi Ángel», escuché sollozar a Hunter.
—«Hola», oí la voz de mi hermana y mi corazón dio un vuelco.
—«Oh, te extrañé», murmuró Hunter. «Te extrañé tanto».
—Cerré los ojos y tragué el nudo en mi garganta. Todavía estaba congelado. Todavía no podía moverme.
—Axel intentaba hablarme, pero lo ignoré. No podía concentrarme en lo que me estaba diciendo. No podía concentrarme en nada más excepto en mi corazón acelerado.