Punto de Vista de Mason
Observé a mi pequeña prima pasearse nerviosa por la habitación.
Bueno, no era mi pequeña prima. Era el demonio que había consumido su cuerpo y su alma.
Era difícil no pensar en ella como mi Sophie. Se parecía a ella. Sonaba como ella. Olía como ella. Mis ojos y mi nariz pensaban que era mi Sophie. Mi corazón sabía que no lo era.
Miré de arriba abajo sus brazos descubiertos y mi visión se oscureció. No importaba cuántas veces viera sus heridas, era como verlas por primera vez una y otra vez. Estaba furioso como el infierno y deseaba que no hubiera matado al cabrón para poder ponerle las manos encima. Deseaba poder estrangularlo y ver cómo la vida abandonaba su cuerpo.
Estaba celoso de que ella lo hiciera y yo no.
Las luces de la habitación parpadearon. Tenía suficiente magia para hacer algo pequeño así, pero no podía causar un daño mayor.
Me miró y sonrió con suficiencia.
—¿Asustado? —preguntó, haciendo que la ira dentro de mí explotara.