Punto de Vista de Logan
Ella miraba hacia sus manos y no me respondía. Me estaba volviendo loco.
—Podrías haberte lastimado seriamente —dijo Andrés frunciendo el ceño—. ¿Por qué no me dijiste que no habías estado durmiendo?
—Estoy bien —dijo ella en voz baja.
Gruñí fuerte.
—¿¡Dos costillas rotas es estar bien?!
Ella levantó la mirada hacia mí y frunció el ceño.
—Beta Andrés —dijo Amy y yo me giré para mirarla—. Le pedí a Emma que viniera a mi casa esta noche. La cuidaré.
—No —dijimos Andrés y yo al mismo tiempo.
—Ella se viene a casa conmigo —dijo Andrés—. Cuando esté mejor, podrá quedarse contigo, Amy.
Amy asintió y miró hacia el suelo.
—¿Por qué? —preguntó Emma, mirando a su hermano—. Estaré bien, Andrés.
—Dije que no —él dijo estrictamente—. Estás herida y no te voy a perder de vista.
Ella abrió la boca para discutir, pero Andrés la interrumpió.
—Ni lo intentes —dijo él—. No voy a cambiar de opinión.