—Disculpen, por favor hagan lugar para la señora —dijo Bradon cerca de mí.
Su tono autoritario captó inmediatamente la atención de los hombres que nos rodeaban. Antes de que la multitud se dividiera para dejarme pasar, había un ligero nerviosismo y tensión en el aire.
—Gracias, caballeros —dijo Bradon antes de mostrarles lo que yo consideraría una sonrisa muy fría.
—Gracias... —susurré.
Con un firme empujón de la mano de Bradon en la parte baja de mi espalda, di unos pasos adelante hasta que estuve justo al lado de la gran mesa.
—Esto es una ruleta... —contestó Bradon antes de continuar explicándome las reglas del juego de manera breve y concisa.
—Wow... —murmuré mientras observaba al croupier hacer girar la rueda.