Apuesto a que él podía darse cuenta de que ya estaba muy cerca de mi clímax.
—Por favor... —susurré mientras le rogaba que me dejara terminar.
Quería llegar al clímax tan desesperadamente que ya no podía soportarlo más.
—No te preocupes, te dejaré venir... —respondió él tranquilizadoramente.
—¡Ahhh... Ahhh! —grité cuando Bradon aceleró los movimientos de sus dedos.
No pensé que ser tocada pudiera sentirse mejor de lo que ya se sentía, pero aparentemente, estaba muy equivocada. La manera en que movió su dedo más rápido y con más fuerza contra mis puntos débiles me llevó a alturas aún mayores. Sonidos húmedos surgieron de entre mis piernas donde sus dedos se sumergían repetidamente en mi humedad. Podía sentir y escuchar cómo me mojaba más por él. Jadeaba fuertemente mientras luchaba por respirar y gemir al mismo tiempo. Las olas de éxtasis que inundaban mis sentidos eran tan intensas, y parecía que no podía soportar más.