—En momentos como estos, de repente me ascienden... o me degradan a ser tu esposo —murmuró antes de rodar los ojos hacia mí.
Entrecerré los ojos hacia él sin perderme su elección de palabras.
—¿Cómo podría considerarse una degradación convertirse en mi esposo?
—¿Qué se supone que significa eso? ¿Por qué? ¿Me estás diciendo que te mueres por hacer una escena de beso conmigo? Ese director loco nos hará besarnos al menos diez veces hasta que lo hagamos bien... —señalé mientras empezaba a sentirme aún más frustrada que antes.
Solo pensar en ello me enfurecía y disgustaba. Sabía sin necesidad de leer el guion que todo lo que tenían en mente iba a ser algún cliché y romántico sinsabor. Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando de repente Bradon agarró mis hombros y me empujó hacia abajo en el sofá. Dejé escapar un pequeño grito de sorpresa al encontrarme atrapada entre él y el sofá. Bradon se inclinó sobre mí y pude ver el deseo crudo bailando en sus ojos azules.