Mi interior no dejaba de temblar y sabía que mi cuerpo estaba frustrado por haber sido privado de las alegrías de llegar al orgasmo aunque ya estaba muy cerca. Juro que no tenía algo así en mente cuando acepté la sugerencia del diseñador de poner una abertura en el vestido hasta casi las caderas para el evento. Bradon deslizó mis bragas y las tiró al suelo.
—Abre tus piernas... —Bradon instruyó mientras movía sus manos para separar mis muslos.
El vestido se abrió y se alejó de mis piernas como si supiera qué debía hacer en tal situación para no estorbarnos. Sentí mi coño siendo estirado mientras Bradon separaba ampliamente mis muslos mientras él se paraba entre ellos. Podía sentir mi núcleo calentándose aún más que antes mientras mi coño se contraía en anticipación de lo que sabía que vendría después.
—Veamos cuánto puedes mantenerte sentada —dijo Bradon maravillado.