Todo esto sucedió porque no pude controlar la situación y las cosas que le dije a Bill deben haberlo enfadado. Recordé la forma en que Bill me miró y la sensación de su fuerte agarre en mi muñeca. Afortunadamente, Antonio apareció cuando lo hizo y me salvó, porque no estaba muy segura de cómo hubiera manejado a Bill de otra manera.
Odiaba lo indefensa que me sentía y cómo esa debilidad mía llevó a la lesión de Antonio.
—No tienes que hacer esto —dijo él suavemente, pero no intentó alejar su mano de la mía otra vez.
—Quiero hacer esto —dije antes de mirarlo desde su mano y sonreírle.
Era lo menos que podía hacer aparte de agradecerle repetidamente. Pude sentir la mirada de Antonio sobre mí mientras limpiaba sus heridas y aplicaba medicina sobre ellas antes de pegarles vendas.
—Creo que eso es un poco demasiado... —dijo él al mirar el resultado de mi trabajo artesanal.