Quería estrangularlo pero todo lo que podía hacer era sonreír y bajar levemente la cabeza como si estuviera llena de timidez. La gerente sonrió y pude decir que le encantaba un poco demasiado nuestra muestra de afecto el uno por el otro y luego se ofreció a poner el anillo en cajas para nosotros.
—Nos lo pondremos. Puedes empacar las cajas... —Bradon le dijo con facilidad.
—De inmediato. Sobre el pago, ¿debo anotarlo en su cuenta? —preguntó educadamente.
Como ella pensaba que Bradon era Antonio, tenía sentido que ofreciera cargarlo en su cuenta, tal como lo hacían para los clientes VVIP habituales.
—No necesitas ponerlo en ninguna cuenta. Usa esta tarjeta —respondió Bradon mientras le entregaba una tarjeta.
Mis ojos se abrieron levemente cuando me di cuenta de que iba a pagar con su propio dinero en lugar del de Antonio. Quizá era porque la compra era de alto valor y no quería molestar a su hermano con la decisión de compra espontánea que había tomado.
