—Tienes razón. Solo estamos casados de nombre, así que realmente no es gran cosa. Un certificado de matrimonio no es más que un pedazo de papel obsoleto firmado por la conveniencia de ambas partes hoy en día. Supongo que ustedes dos tienen planes para esta noche, debería irme para que puedan seguir con lo suyo —respondí antes de soltar una risa aguda.
Me aseguré de no ser más que todo sonrisas. Lo que ella dijo podría haber estado equivocado si hubiese estado hablando de Antonio y Diana; sin embargo, lo acertó todo si estaba hablando de Bradon y yo. No sería exagerado decir que ni siquiera estábamos casados en primer lugar. Con eso en mente, no debería molestarme en absoluto con quién decidiera reunirse o pasar sus noches.
—Diana... —Bradon llamó el nombre de mi hermana para llamar mi atención.
—No te preocupes por lo que estábamos hablando. Podemos discutirlo más tarde cuando sea más conveniente —dije antes de mostrarle una sonrisa.
