—Ya escuché de una sirvienta que él ya se había ido por el día —dije para ahorrarle el problema de darme las malas noticias.
—Ya veo... —dijo antes de volver a cerrar la boca.
Después de muchos días de que esto ocurriera repetidamente, me di cuenta de que no era simplemente una coincidencia y eso solo podía significar una cosa...
—Me está ignorando completamente, ¿verdad? —Expresé mi sospecha, y realmente no era una pregunta.
—Claro que no. Él nunca haría algo así —respondió Jenna tan rápidamente que quería reír.
Me pregunté si sabía que su intento de defenderlo era en vano. Mis manos estaban apretadas en puños mientras mi cuerpo temblaba de ira. Sabía que en parte yo había estado mal al huir de Zain y presentarme en la oficina de Anthony, pero él no tenía que evitarme como si fuera la peste. Podía imaginar que las cosas entre nosotros serían incómodas y tampoco quería verlo.