—Debe ser el señor Michael Astor —dijo el oficial, levantándose de su asiento.
—Así es. ¿En qué puedo ayudarle, señor? —pregunté, echando un vistazo a Bruce. Su rostro no revelaba nada.
—Necesito hablar primero con la señorita Hatton, pero les pediría que permanezcan en el hospital hasta que regrese. Puede que necesite traerlos para un interrogatorio —dijo el oficial.
—¿Por qué necesitamos ser interrogados en relación a un accidente de tráfico? —preguntó Bruce—. Hemos estado buscando toda la noche para encontrar dónde estaban estos dos; incluso hemos llamado a la policía tratando de conseguir informes del accidente. Nadie parecía capaz de hablarnos entonces.