*Shelby*
—Espero que hayas empacado para la nieve —dijo Michael mientras me abrazaba.
Lucille bajaba las escaleras detrás de mí, ajustándose su abrigo de piel alrededor de los hombros.
—No puedo creer que realmente vayamos a pasar la Navidad aquí otra vez —dijo Lucille, sonriendo ampliamente.
Michael le dio un rápido beso en la mejilla y sostuvo la puerta para que entráramos en la parte trasera del coche que nos esperaba. Se deslizó dentro después de nosotros y cerró la puerta, cortando el viento frío que ponía las puntas de nuestras narices rosadas.
La nieve estaba tan fría que crujía bajo las llantas mientras bajábamos por un largo camino flanqueado por pinos a cada lado. Giramos la esquina, y una enorme mansión construida para parecer una cabaña de troncos estaba anidada entre los árboles cargados de nieve. La nieve cubría el techo, y cada ventana estaba iluminada con luz cálida y brillante, invitándonos a todos a entrar.