—¿Pueden creer que ellos mismos escogieron este tema? —exclamó Lin, una sonrisa se extendía por su rostro mientras colgaba coloridos banderines a lo largo del área improvisada para la fiesta—. Son un dúo dinámico.
—Definitivamente lo son —respondí con una carcajada, asintiendo en acuerdo mientras organizaba mesas y sillas en la arena—. Y no podrían estar más emocionados por su gran día.
—No puedo esperar para ver sus caras cuando vean todo preparado —se unió Aubrey, su entusiasmo era contagioso mientras colocaba cofres del tesoro llenos de golosinas a intervalos estratégicos—. Va a ser mágico.
—Estoy tan feliz por ti, Shelby —dijo Lin, su voz llena de calidez mientras me pasaba un manojo de globos—. Empezar una nueva vida en las Maldivas es como un sueño hecho realidad.
—Gracias, Lin —sonreí agradecida, el peso de su amistad elevaba mi ánimo—. Y ambas son bienvenidas a visitar cuando quieran. Me aseguraré de que siempre haya un bungalow con su nombre.