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Aquella noche, Celia se sentó sola en su cama hasta el amanecer. Cuando el sol ya había salido, tras oír a su madre despidiendo a su padre, solo entonces abrió la puerta y bajó las escaleras.
Shannon se sintió un poco extrañada al ver las ojeras oscuras de su hija. —¿Has pasado una noche en vela?
—Mamá, tengo algo que contarte. —Echando un vistazo a la tía Maleah, que estaba ordenando la sala, Celia tomó la mano de su madre y subieron las escaleras. Le contó a Shannon sobre Rodney estando con Ámbar la noche anterior.
La expresión de Shannon se volvió seria de repente. Sabía exactamente cuán cercanos eran Ámbar y Rodney. También sabía por qué se habían separado. Si esos dos aclaraban las cosas y se reunían de nuevo, sería el fin de Celia.
—Este asunto debe manejarse correctamente, hay que impedir que vuelvan a estar juntos —pensó Shannon.
