Lucille se detuvo un momento e inclinó ligeramente su cabeza. Su perfil era exquisito y hermoso.
Elevó la esquina de su boca y dijo con una voz baja y enojada —Eso es exactamente lo que quiero.
Esas cinco simples palabras destrozaron por completo la confianza de Samuel.
¿Qué estaba pasando?
¿No debería Lucille estar llorando y rogándole que no cancelara el compromiso?
Pero ahora, ella decía que era exactamente lo que deseaba.
¿Qué significaba eso?
¿Eso quería decir que este había sido su motivo desde el principio?
¿Cómo podía ser?
Samuel estaba atónito. Mirando fijamente de forma ausente la hermosa espalda de la chica, una sensación extraña recorría su pecho. La chica que tenía delante era segura y compuesta.
Ya no era tan débil y sombría como antes. Por el contrario, poseía una atracción fatal que nadie podía resistir.
Al oír el alboroto en el exterior, Zoey salió corriendo y vio a Samuel mirando a Lucille con ojos llenos de asombro y confusión.