La chica que se paró en la puerta estaba vestida con un vestido verde claro. Tenía una figura delgada y un temperamento etéreo.
Sus ojos eran fríos y no había ni una sola señal de calidez en ellos.
Más de la mitad de su delicado rostro estaba cubierto por su cabello espeso. Cuando se movía, su cabello volaba con la brisa. ¡Era igualmente hermosa y encantadora!
La multitud estaba atónita y no podía recuperar el sentido durante mucho tiempo.
—¿No es, no es ella la señorita Lucille de la familia Jules?
—¿Cuándo se volvió tan hermosa?
—¿Cómo puede ser? ¿No ha sido siempre tan vulgar? La recuerdo como la idiota temerosa que nunca miraba a nadie a los ojos. ¿Cuándo se volvió su aura tan fuerte?
La aparición de Lucille había causado otro alboroto en la escena.
Incluso Samuel miraba a Lucille atónito.
Él tampoco sabía qué estaba pasando.
En el pasado, Lucille era como polvo en sus ojos. Le resultaba molesto si la miraba otra vez.
