¿Saben? No claro que no lo saben como podrían. Ustedes viven y por eso no saben. Solo quien está muerto puede saber. Después de todo han vivido y han muerto, por eso saben.
Pero que pasa con aquellos que no son lo uno ni lo otro…
Vaya, parece que me estoy complicando.
Miren es simple:
Ustedes viven a razón de existir y sentirse bien, ¿verdad? Y debido a eso no saben que hay algo más, haya algo que sin dudas los dejaría perplejos.
¿Y qué pasa con los que saben?
Bueno, ellos son más complicados, pues, entienden y comprenden cuan amarga es la realidad, ¿verdad?
Si los clasificáramos serían los primeros los llamados ignorantes o ingenuos y los segundos podrían ser clasificados como inteligentes o condenados. Es triste, de verdad que lo es… pero no perdemos el hilo.
De seguro no están entendiendo nada.
Ahora el punto al que quería llegar.
¿Ni lo uno ni lo otro? Eso sería yo damas y caballeros.
Sería yo ese miserable y a la vez venerable existencia.
¿Qué soy pues? Un desdichado y condenado o tal vez un lindo paraíso destinado al fracaso o mejor aún un ser bendecido. En cualquiera de los casos la respuesta sería no.
Solo soy alguien que desea casarse y amar a la muerte, pues es de ella dónde proviene la felicidad.
Y si damas y caballeros está es la nota de suicidio más rara que jamás leerán y disculpen mi pretención, pero creo que solo yo comprendo la verdad y por eso trataré de averiguar cuan estúpida y cierta es mi realidad.
Por último, no quiero que penséis mal de mí y mucho menos bien.
Pues según la desdicha, todo pude ser perdonado por el padre celestial, salvo el suicidio. Aquel que muere no irá al cielo ni al infierno. Si no que será… bueno para que dar espóileres. Ustedes ya lo descubrirán cuando llegue su momento.
Adiós. Me despido.
Es el final.
Me mataré para obtener la muerte.
Firmado por: N.W