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No estaba seguro de cuánto tiempo caminamos, pero no pudo haber sido mucho. Estaba tan oscuro que apenas podía ver a mi alrededor. Hayden no decía nada, y yo tampoco podía encontrar palabras, así que caminamos juntos en silencio. Sin saber qué más podía hacer, decidí empezar a rezar para que el teléfono de Hayden pudiera recibir alguna señal.
Fue poco menos que un milagro que mis oraciones se respondieran poco después.
—Creo que tenemos señal —murmuró Hayden mientras empezaba a llamar a alguien en su teléfono.
—¿En serio? —pregunté asombrado y aliviado.
Si Hayden podía pedir ayuda, entonces podríamos salir de aquí.
Escuché mientras Hayden hablaba por teléfono con alguien y le contaba sobre nuestra ubicación y brevemente lo que había pasado. Afortunadamente, no mencionó nada sobre mi loco plan de escape. Simplemente mencionó que algunas cosas habían pasado y terminamos aquí.
