—¿Qué vas a hacer hoy? —preguntó Neal desde la cama. Habíamos pasado otra noche gloriosa envueltos en los brazos del otro, y aunque él quería que me quedara allí... tenía cosas que hacer.
—Ya te lo dije ayer... —me reí mientras asomaba la cabeza alrededor de la esquina del baño para mirarlo. Sus ojos serenos me devolvían la mirada mientras descansaba con los brazos detrás de su cabeza—. Tengo que ir de compras. La Navidad está a la vuelta de la esquina y si vamos a irnos, no voy a dejar a la gente con las manos vacías.
—No te estoy diciendo que tienes que dejar a la gente con las manos vacías. Todo lo que estoy preguntando es, ¿por qué tienes que hacerlo hoy? Vuelve a la cama.
Negando con la cabeza, rodé los ojos y continué terminando el resto de mi maquillaje. Si iba a ganarle a las masas, lo cual dudo que pudiera hacer, entonces necesitaba apurarme y salir a la calle para poder terminar mi compra.