—El momento en que colgué con Neal, supe que iba a ser un problema —comenté para mí. No parecía tener muchas ganas de ayudarme y no lo culpaba. Después de todo lo que le había hecho pasar, ¿por qué tendría?
—Lo que más me molestaba, sin embargo, era que él pensara que podía dictarme lo que iba a hacer o no —continué reflexionando—. Si quería acercarme a Becca, podía hacerlo. Sabía que lo mejor era mantenerme alejado, poder observar desde la distancia y esperar que ella estuviera bien, pero otra parte de mí anhelaba estar a su lado de nuevo.
—Quería sostenerla entre mis brazos, quería arrodillarme y suplicarle perdón y quería ser parte de la vida de mi hijo —confesé en voz baja—. Ya había perdido un hijo por mi egoísmo y lo último que necesitaba era permitirme perder otro.