Cuando vi a Silas cerca de mi hermana, supe que tramaba algo. Ella nunca fue de las que se exponen mucho, aunque pareciera que sí. Era rebelde, sí, y tenía un lado perverso cuando quería, pero ser una buscatención... de ninguna manera.
Sin embargo, desde el momento en que llegamos aquí, se había convertido en alguien diferente a la hermana que conocía. Ya no era la hermana con la que había crecido. Era más confiada y determinada a establecerse en este lugar. Normalmente, eso no habría sido malo, pero la forma en que lo estaba haciendo me parecía equivocada.
Como si venir aquí le hubiera hecho algo que no se podía deshacer.
Observando a lo lejos los verdes campos de entrenamiento, pensé en el día que luché con ella. Estaba acostumbrado a haber peleado con Cassie mientras crecíamos, pero algo de ella ese día era muy diferente a antes.
Casi como si prosperara por la sangre que derramaba.
Una guerrera que no se saciaba hasta que la muerte se presentaba.