Mientras Tao Lan hablaba, de repente sintió algo peludo en su pierna, lo que le causó picazón. Instintivamente bajó la cabeza y vio un ratón gordo trepando por su pierna. Gritó horrorizada y trató de sacudir su pierna para quitárselo. Sin embargo, el ratón parecía adherirse a su pierna y no se podía deshacer de él. Siguió subiendo.
Tao Lan tenía miedo y accidentalmente pisó algo de agua en el suelo, lo que la hizo caer con un ruido estruendoso. Sonaba doloroso, y gritó de manera aguda e histérica, perdiendo completamente la compostura. Al ver esto, Zhouzhou no pudo evitar cubrirse la boca y reírse en silencio. —A ver si se atreve a molestar a otros en el futuro.
Cuando alguien se acercó, Zhouzhou hizo una señal, y el ratón de papel desapareció instantáneamente. Los demás llegaron y vieron a Tao Lan en el suelo, con los ojos cerrados, agitando sus extremidades, y gritando incoherentemente como una maniática. Sus miradas hacia ella también cambiaron.