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El Maestro Ancestral siempre sintió que había más en sus palabras, pero no importaba cuánto preguntara en el camino, la niña se quedó acurrucada en los brazos de Qin Lie, ignorándolo por completo.
El Maestro Ancestral estaba preocupado de que ella hiciera algo malo y curioso por lo que estaba planeando hacer. No dejaba de preguntar —¿Qué quieres hacer?
Zhouzhou, que estaba medio dormida, escuchó su voz y movió la cabeza.
Qin Lie levantó la mano para taparle los oídos y dijo fríamente en dirección al Maestro Ancestral —Cállate.
Al escuchar esto, Qin Ren miró confundido. Él no había dicho nada.
¿Con quién estaba hablando el Tío?
El Maestro Ancestral se calló instantáneamente al escuchar la voz de Qin Lie.
Qin Lie bajó la cabeza y miró a la niña en sus brazos. Viéndola hacer pucheros con una mirada inocente en su rostro, suspiró suavemente.
