Los miembros de la familia Qin estaban desconcertados al ver a Ye Lingfeng levantarse y decir —Lo siento, necesito hacer una llamada telefónica. Me iré durante diez minutos. Después de hablar, miró a Zhouzhou y dijo en serio —Espérame.
Zhouzhou negó con la cabeza y dijo —No, no puedo esperar. Saldré con Segundo Hermano Mayor a poner un puesto y ganar dinero más tarde. Ya no tenía su accesorio de suerte para el cabello y necesitaba trabajar más duro.
El corazón de Ye Lingfeng fue atravesado por un cuchillo. En ese momento, finalmente se dio cuenta de su verdadera posición en el corazón de Zhouzhou. Para ella, él era menos importante que los pocos dólares que valía su accesorio para el cabello. Se sintió frustrado y subestimado, algo que nunca había sentido antes.