—Jefe, Jonathan ha confesado.
En mitad de la noche, Chen Tuo regresó, aún desprendiendo un olor a sangre.
Se dejó caer en el sofá, tomó la taza sobre la mesa y dio un trago. —El tipo con el que estaba hoy, Dong Hui, fue reclutado por Jonathan. Él fue quien vendió la medicina al Viejo Maestro Mu. Jonathan fue enviado por el País A, queriendo crear divisiones entre varias facciones para que puedan aprovechar el caos.
Mientras hablaba, sonrió con desdén. Aún les gustaba usar métodos tan despreciables.
Ye Lingfeng asintió, imperturbable y ya anticipando esto.
—¿Dónde están ahora?
En ese momento, Chen Tuo sonrió con malicia. —Los envié a la isla. Es una oportunidad perfecta para que nuestros hermanos practiquen.
Ye Lingfeng permaneció ecuánime.
—Por cierto, Jefe, ¿por qué Qin Lie sigue investigándote? ¿Qué rencor tienes con él para que esté tan curioso acerca de ti?