Más temprano en el día, mientras el sol aún bañaba la ciudad en tonos cálidos, Angelina caminaba de un lado a otro en su habitación, mordisqueando la punta de sus uñas mientras ideaba un plan siniestro.
Habían pasado unos días, pero pronto se había dado cuenta de que Leonica debía haber guardado la figura lejos de Ashley porque hasta hoy, no había escuchado noticias sobre que la vida de Ashley estuviera en peligro.
En pocas palabras, su plan había fallado y posiblemente estaba en problemas.
—¡Mierda! —gritó en voz alta, pateando su mesa de café con la pierna. El pobre mueble sufrió la ira de su enojo y se volcó, el vidrio transparente en la parte superior se hizo añicos en pequeños pedazos en el momento en que tocó el suelo, creando un estruendo.