—¿Qué demonios está pasando? —susurró alguien, uno de los invitados que no estaban ocupados con sus respectivas parejas en la pista de baile, y exactamente lo que pensaba Leonica mientras miraba cada una de las manos presentadas frente a ella, una de tres esperando a que ella colocara su mano en la de ellos y tomara una decisión.
—¿A quién crees que va a elegir? —preguntó otra persona en un susurro, sorbiendo su vino mientras observaban interesados cómo se desarrollaba la escena.
—Sé que no deberíamos meter nuestras narices en sus asuntos, pero no puedo evitar preguntarme. Los tres hombres son guapísimos. Entonces, ¿a quién va a elegir la señorita Romero?