~Treinta minutos antes~
Leonica acababa de terminar de ordenar el primer grupo de invitados cuando Grace descendió las escaleras sola. Miró hacia arriba esperando que el pequeño demonio bajara apresuradamente en su estado energético de siempre, pero no lo hizo.
—¿Dónde está Ash? —preguntó cuando su hijo no estaba por ningún lado.
—El joven maestro se quedó dormido justo después de su baño —informó Grace mientras bajaba el último tramo de escaleras y recogía el trapo para limpiar el polvo que había dejado antes de subir, apunto de reanudar sus deberes. Cuando notó la mirada inmutable de Leonica sobre ella, preguntó—. ¿Debí haberlo detenido? ¿Quizás debería haberlo mantenido despierto para que pudiera dormir mejor por la noche?
—Eh, no, para nada. Es solo que —hubo una pausa en su frase en la que Leonica se rió para sí misma—. No todos los días ves a Ash quedarse dormido justo después de un baño.