—No me pertenecía —Leonica frunció el ceño ante la explosión de Gabriel.
¿De qué hablaba ahora?
¿Qué demonios no le pertenecía?
—¿Qué?
—El niño que llevaba Angelina... no me pertenecía —Gabriel repitió, esta vez más claro.
Tragando espeso, esperó la reacción de Leonica, sorprendido al ver que ella se veía sorprendida. Por supuesto que lo estaba. ¡Diantres, quién no lo estaría?
Después de casi un mes de creer que Angelina estaba embarazada de su hijo, de repente reveló que el niño no era suyo.
¿Cómo funciona exactamente eso?
—¿Por qué... por qué me estás diciendo esto? —Leonica preguntó una vez que pudo disipar la sorpresa. —¿Qué esperas ganar haciendo esto?
—Yo... —Gabriel comenzó, solo para que el resto de sus palabras murieran en su lengua. No tenía ningún motivo válido para decirle lo que acababa de decir.
Honestamente, fue una reacción del momento para evitar que ella se alejara. Pero obviamente, Gabriel no iba a admitir eso. Ni a ella ni a sí mismo.