Inseminación artificial.
Esas palabras sonaban como un chirrido en los oídos de Gabriel.
—¿Inseminación artificial? —repitió, frunciendo el ceño de una manera que mostraba su desaprobación.
Bueno, como si a Leonica le importara. Su opinión era lo último que le podría importar y lo primero estaría el bienestar de su hijo.
—Sí. No lo pensaste bien, ¿eh? —Ella inclinó su cabeza hacia un lado, una sonrisa de satisfacción se formó en sus labios al ver la expresión confundida de Gabriel.
Bien merecido lo tenía, Leonica quería decir eso, pero considerando el temperamento explosivo de Gabriel y el hecho de que podrían entrar en otra discusión frente a la habitación de Ashley, reconsideró sus opciones y por el bien de la cordura de su hijo, permaneció en silencio.