Hubo un golpe en la puerta de la oficina de Gabriel, distrayéndolo momentáneamente de los papeles sobre su mesa.
—Adelante —llamó. La puerta se abrió y Billy asomó la cabeza por la rendija.
—Señor, lo siento por la interrupción, pero tengo algo urgente para usted.
Gabriel echó un vistazo a los papeles en sus manos, antes de asentir. —Entra.
Billy hizo justamente eso y cerró la puerta detrás de él. Caminando hacia el escritorio del hombre, colocó un sobre blanco sobre la mesa.
—Hace un rato me pidió que investigara a la persona que había estado indagando en el pasado de la familia Romero —se detuvo, esperando la reacción de su jefe antes de continuar.
Gabriel tomó el sobre y lo abrió, sacando el contenido y sus cejas se arquearon en el momento en que sus ojos cayeron sobre la foto en su mano.
—¿Quién es él? —preguntó, mirando a Billy.